10 jóvenes indígenas regresan a su hogar en un avión de su Fuerza Aérea Colombiana
El sonido de las turbinas de un avión F-28 Fokker de su Fuerza Aérea Colombiana dibujaba una sonrisa en los rostros de 10 jóvenes indígenas estudiantes de la Universidad Nacional Sede Amazonía, ansiosos por reencontrarse con sus seres queridos, quienes los esperaban con los brazos abiertos en Mitú - Vaupés, luego de tres meses de estar lejos de casa.
Los estudiantes beneficiarios de la formación de etapa inicial del Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (PEAMA), se encontraban en la ciudad de Leticia adelantando sus estudios de pregrado, cuando quedaron atrapados en la triple frontera, después de que el Presidente de la República, teniendo en cuenta la rápida propagación de coronavirus, ordenara el cierre de todos los aeropuertos del país y con ello la cancelación de vuelos nacionales, por lo que cientos de colombianos no pudieron regresar a sus hogares o lugares de trabajo.
Sus ojos llenos de emoción, reflejaban lo que sus labios cubiertos por un tapabocas no podían expresar, un sentimiento de felicidad envolvía cada paso que daban, los cuales les permitiría volar para estar cerca a sus familias y poder enfrentar en el seno fraterno, la pandemia que quedará marcada en la historia de la humanidad.
Luego de practicarse la prueba confirmatoria de Covid-19 y de permanecer más de 15 días de cuarentena en sus residencias en la capital amazonense, recibieron la gran noticia, el Grupo Aéreo del Amazonas en coordinación con el Comando Aéreo de Transporte Militar (CATAM) de su Fuerza Aérea y en apoyo al Gobierno Nacional, haría uso de un avión de la flotilla presidencial, para realizar el transporte humanitario con el que retornarían a su lugar de origen.
De acuerdo con Julio Cesar Mancipe, psicólogo y docente de la Universidad Nacional Sede Amazonía, "ellos han seguido un protocolo de esterilización, de aislamiento social como prevención al contagio, y un acompañamiento médico y psicológico, para que este momento sea una realidad, el retorno a sus hogares, donde continuarán con sus estudios universitarios haciendo uso de herramientas tecnológicas".
"Hoy doy un agradecimiento a mi Fuerza Aérea Colombiana, al Ministerio de Defensa, al Ministerio del Interior, y a todos las personas e instituciones que ayudaron a facilitar todos los trámites necesarios para que sea posible el transporte en un vuelo humanitario de estos jóvenes". Concluyó el profesional.
Al llegar a la guardia de la Base Aérea "Coronel Herbert Boy", acompañados por el psicólogo del Alma Mater, los estudiantes fueron recibidos por un personal de médicos militares altamente capacitados, quienes verificaron la documentación en la se indicaba, que cada uno de ellos no eran portadores del virus Covid-19 y que gozaban de excelente salud para subir a un avión que los transportaría a 27.000 pies de altura, desde Leticia hasta Mitú.
Los jóvenes haciendo uso de elementos de bioseguridad implementados para prevenir el contagio de Covid-19 durante su desplazamiento hasta la Unidad Militar Aérea, fueron sometidos a estrictos protocolos de bioseguridad implementados por su Fuerza Aérea Colombiana para el transporte humanitario de personal y carga desde el inicio de la contingencia sanitaria decretada por el Gobierno Nacional.
Las llamadas de sus seres queridos no se hicieron esperar, los jóvenes estudiantes, uno a uno casi que a la par, se comunicaban con sus familias, quienes no podían creer que el milagro que tanto esperaban llegaría en las alas de un Ángel de metal de su Fuerza Aérea Colombiana.
El vuelo de cientos de golondrinas, que se alejaban del espacio aéreo, anunciaban la llegada del avión Fokker de su Fuerza Aérea Colombiana, entre ellos se cruzaban las miradas y sin decir una palabra, en sus ojos se lograban descifrar una mezcla de emociones, al saber que era una realidad, el sueño que en secreto creían imposible, ese que en lengua indígena ancestral Tukano, contarán a sus abuelos y próximas generaciones esta experiencia de vida.
Así se va a las Estrellas.