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Amor a la nación, un don que se lleva en la sangre, sangre que viste de azul

Compromiso, disciplina, lealtad, integridad y responsabilidad son algunos de los valores que representan a los hombres y mujeres de su Fuerza Aérea Colombiana, quienes día a día luchan con valor para proteger al pueblo colombiano, en diferentes regiones del país, para ellos es una meta, que con orgullo portan desde sus diferentes cargos.

Así lo demuestra el cuerpo de Profesionales Oficiales de la Reserva de su Fuerza Aérea Colombiana, siendo un grupo de voluntarios capaces de aportar desde diversas áreas del conocimiento, a la importante misión de la institución aérea con el propósito de fortalecer la integración del estamento militar con el civil y lograr una interacción con la comunidad, con total vocación y compromiso al pueblo colombiano.

El cuerpo de Profesionales Oficiales de Reserva data del año 1979, siendo conocidos inicialmente como Oficiales de la Reserva y la primera unidad al interior de la Fuerza Aérea Colombiana en contar con este cuerpo fue el Comando Aéreo de Transporte Militar -CATAM- con sede en Bogotá D.C., conformado en su mayoría por ex pilotos de Avianca, los cuales pertenecieron al curso número uno, el curso número dos, tendría como sede a Cali, Valle y harían parte de él, prestigiosos profesionales y empresarios de la región, todos con algo en común, el amor por la aviación y en especial, la vocación para servir a los demás, un sueño que desde pequeños, muchos deseaban cumplir.

En 1985 el curso número dos, graduó a treinta y cuatro Oficiales de la reserva, aspirantes de diferentes profesiones. La misión para la cual fue creado este curso y los subsiguientes radicó en que serían los encargados de generar un puente para brindar bienestar a la comunidad con actividades de responsabilidad social en la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, posteriormente se fundó el Comando Aéreo de Combate No.7 -CACOM7-, la unidad más joven de la Fuerza Aérea Colombiana y fueron destinados a esta unidad para continuar la labor, de la mano del Departamento de Acción Integral.

Conozca la historia de dos hombres que cumplieron su sueño y que hoy llevan más de 10 años al servicio del país.

El Mayor de la Reserva William Villegas, quién se encuentra al mando los Profesionales en CACOM7. Nació en la sucursal de cielo el 4 de julio de 1960, tuvo una niñez feliz, “Disfruté todo lo que me permitió la vida que llevábamos en esa época, muy tranquila, muy segura, disfrutábamos la amistad entre vecinos, cuando la vida de los niños transcurría en la calle, en los parques, desarrollando juegos al aire libre: fútbol, columpios, bicicleta, trompos, yoyo, canicas”.

Allí mismo nació, el mayor Edgar Humberto Campos Gómez, el 19 de septiembre de 1966, hijo de Mary Gómez de Campos y Eliecer Campos Arrieta, actualmente fallecidos, “Viví una maravillosa niñez. Pese a la temprana muerte de mi padre, año 1970, y de ser hijo único, siempre estuve rodeado del amor de mi madre y abuela, quienes adicionalmente me impusieron una férrea disciplina, al punto que digo con orgullo que presté el servicio militar en casa”.

Ambos iniciaron el viaje dentro de la Fuerza Aérea desde muy jóvenes con la misión de poner sus conocimientos y tiempo al servició de las personas, integrándose en ella con una misma motivación pero desde diferentes profesiones.

“Diría que ingresé a la Fuerza por tres razones fundamentales: primero porque me gusta el rigor la disciplina y la mística que exige la vida militar; segundo, porque me brinda la oportunidad de servir a la gente, especialmente a los más necesitados. Desde muy pequeño sentí la necesidad de proteger al más débil. Me gusta el sentido de la justicia, de cumplir y hacer cumplir la ley y tercero, es la mejor manera de devolverle a la vida un poco de todo lo que me ha dado a lo largo de todos estos años”, expresó el Mayor William Villegas.

Por otra parte, el Mayor Edgar Humberto Campos Gómez desde temprana edad soñaba con volar “Mi sueño de ser militar viene desde niño. Recuerdo muchas noches, cuando veía el vuelo de los aviones –muchos años después, sabría que eran los mentor T-34- sobre la ciudad y los cuales pasaban en ruta por mi casa del barrio Champagnat, me encanta ver como sus luces se confundían con las estrellas de noche por aquello de sus destellos, eso era poesía para mi alma, sin embargo, cuando le indiqué a mi madre mi deseo de presentarme a la Fuerza Aérea, ella me respondió con un categórico, ¡NO!, pese a ello, mi sueño solo quedó aplazado por unos años”.

Él se incorporó desde hace diecisiete años, ingresando en febrero de 2003 cómo integrante del curso No. 18 del cuerpo de Profesionales de Oficiales de Reserva, ocupando el segundo puesto del curso y ascendiendo al grado de teniente por decreto 1359 de diciembre 22 de 2003.

“Me recibí de abogado, de la Universidad de San Buenaventura, y años después, conocí a mi Mayor RVA Miguel Atehortúa Marmolejo, Oficial del curso dos de Profesionales Oficiales de la Reserva, quien me informó de las incorporaciones, me motivó a inscribirme.

Es así, como los Mayores William y Edgar empezaron hacer parte de la Fuerza. Estos dos hombres al pasar de los años continúan en servició de la comunidad, por medio del cuerpo de Profesionales Oficiales, conformado por 110 oficiales en el escalafón regular y 9 Oficiales en el escalafón asesor.

En términos de apoyo directo a la sociedad civil se cuenta con un numeroso grupo de profesionales de la salud, como: médicos, enfermeros, odontólogos y terapeutas, con los que se presta un gran servicio social llamado ‘Jornadas de Apoyo al Desarrollo’ (JAD), atendiendo temas de salud a la población más vulnerable y situada en poblaciones apartadas. Por otra parte, un grupo de empresarios, administradores y economistas que diseñan proyectos productivos para implementar en poblaciones vulnerables, convirtiéndolos en emprendedores para que puedan ejecutar de una manera muy profesional actividades económicas auto sostenibles.

También, lo integran Oficiales con otras profesiones como: Arquitectura, Bacteriología, Contaduría, Derecho, Ingeniería: Agroindustrial, Civil, Eléctrica y Mecánica, Ciencias Políticas, Comercio Internacional, Comunicación Social, Economía, Enfermería, Educación Física, Finanzas, Fisioterapia, Gerontología, Licenciatura en Idiomas, Periodismo, Trabajo Social, Terapia Respiratoria, Psicología, Veterinaria, entre otras.

Este cuerpo de Profesionales Oficiales están comprometidos con la Fuerza Aérea Colombiana, con actitud de servicio dispuestos a llevar el buen nombre de la institución a todos los rincones del país, a través de programas y campañas coordinados con Acción integral en las Unidades Aéreas, desarrollando proyectos de alto impacto en las comunidades más necesitadas.

El Mayor William Villegas, expresa: “Siento una inmensa satisfacción, al saber que estoy sirviendo a mi patria, a la sociedad, ayudando a la gente más vulnerable, estoy seguro que esta es la mejor decisión que he tomado en mi vida. Me siento orgulloso y honrado de portar el uniforme de mi Fuerza Aérea Colombiana”.

También, el Mayor Edgar Humberto Campos Gómez expresa: “Tomo como propias, las palabras de nuestra oración patria “ser soldado tuyo es la mayor de mis glorias”, “De verdad me siento orgulloso de ser parte de la familia azul, de tener hermanos a lo largo y ancho de este cielo azul de Colombia la grande y que como lo he dicho muchas veces, todo por la patria y por la patria todo, hasta la vida misma.

He tenido el honor de ser el primer oficial de reserva en la historia de la Fuerza Aérea Colombiana, de ser abanderado en ceremonia militar de juramento de bandera, así como de recibir en el año 2019, el premio al mejor oficial de reserva de la Fuerza Aérea en el país, galardón recibido dentro del marco del foro de Profesionales de Reserva de las Fuerzas Militares, Celebrado en Cartagena de Indias en noviembre pasado”.

Para estos dos integrantes han sido muchas misiones que han tenido que cumplir con responsabilidad, mística y honor durante sus años al servicio a la patria, sin embargo algunas de sus misiones han sido más significativas para ellos.

En el caso del Mayor William Villegas ha sido diseñar, implementar y apoyar proyectos productivos que le permitan a habitantes de poblaciones en estado de vulnerabilidad ser emprendedores a través de actividades económicas auto sostenibles, tales como panadería, piscicultura, cultivos agro industriales, entre ellos un proyecto de fabricación de vino, que fue implementado en Santa Elena, Cerrito.

“Indudablemente las experiencias más difíciles pero más satisfactorias las estamos viviendo a diario con las ayudas en especie, tales como mercados, implementos de aseo, silla de ruedas, pañales desechables, tapabocas, alcohol, a la gente más vulnerable de nuestra región, situación que nos permite presenciar de cerca los más dramáticos casos de pobreza, como consecuencia de la pandemia por el COVID-19” argumentó el Mayor.

Por otro lado, el Mayor Edgar Humberto Campos Gómez, ha llevado a cabo labores que tiene muy presentes, como la participación en el rescate del avión de American Airlines, vuelo AA 965, Miami-Cali, siniestrado en el cerro San José, cerca del corregimiento de La Habana, en Buga, el 20 de diciembre de 1995, con el grupo SAR Suroccidente, hasta la activa participación en el desarrollo de Jornadas de Apoyo al Desarrollo en los antiguos territorios ocupados por las FARC, en regiones como Barrancominas, departamento de Guainía o Puerto Betania, Caquetá, donde llegó solo algunas semanas después de la neutralización del “Negro Acacio” y del “Mono Jojoy” a realizar actividades de acercamiento a la población con el fin de brindar bienestar por medio de servicios de salud y recreación a niños, jóvenes, adultos y adultos mayores.

Incluso, ante la actual crisis que se está viviendo en el país a causa del COVID-19, estos dos Profesionales Oficiales de Reserva, han estado trabajando en equipo para mitigar en un porcentaje las consecuencias de la pandemia mediante labores humanitarias. Es por ello, que han visitado las comunidades vulnerables del corregimiento de Cauca Seco, Candelaria, los municipios de Jamundí, El Cerrito, Pradera, así como diferentes comunas de la capital del Valle del Cauca y algunos municipios de Cauca y Nariño, apoyando la entrega de ayudas humanitarias, las cuales incluyen mercados, elementos sanitarios tales como: gel antibacterial, alcohol, tapabocas y para la población de adultos mayores, pañales, cremas, suplementos nutricionales, medicamentos, entre otros elementos.

Estos dos hombres, representan la entrega y compromiso que se tiene en el cuerpo de Profesionales Oficiales de la Reserva, demostrando con sus conocimientos y capacidades, dejando como enseñanza que sin importar la profesión, lo más importante es el amor a la nación un don que sin duda llevan en su sangre, sangre que visten de azul.

Autor
Comunicaciones Estratégicas CACOM-7

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