Aviones no tripulados son los nuevos guardianes de los cielos colombianos
RCN Radio tuvo acceso a los hangares de la Fuerza Aérea colombiana desde donde despegan las denominadas Aeronaves Remotamente Tripuladas y con las que hoy se vigilan los cielos del país en actividades como la persecución al narcotráfico y el apoyo al proceso de restitución de tierras en el marco del posconflicto.
Tienen una apariencia cercana a un misil, miden hasta 15 metros de largo y pesan lo mismo que un carro pequeño, son los nuevos guardianes de los cielos colombianos, según señala el mayor de la Fuerza Aérea, Luis Eduardo Echeverry.
“Tienen todos los sistemas de seguridad con los que cuenta un avión, la única diferencia es que el piloto no está abordo de la aeronave, sino que está operando el avión desde una estación remota de control que se encuentra en tierra y en este momento está aquí en el Comando Aéreo de Combate número 2”, dijo.
El mayor Echeverry, comandante de Escuadrón de las denominadas Aeronaves Remotamente Tripuladas o ART de la Fuerza Aérea Colombiana, explica cómo estas herramientas se han convertido en los ojos del proceso de restitución de tierras a las víctimas del conflicto armado, llegando hasta cualquier lugar de la geografía colombiana para identificar los predios que fueron despojados por los grupos armados ilegales y apoyar en la devolución a sus dueños.
“En nuestro caso particular, con la Unidad de Restitución de Tierras cumplimos dos funciones, la primera es hacer un levantamiento de las zonas en donde ellos van a operar o las zonas que ellos van a recuperar para las personas que han perdido sus tierras por causa del conflicto, la segunda función que hacemos es acompañarlos una vez ellos determinan cuales son las tierras a restituir, en caso de que haya un ataque y ellos tengan tiempo de reaccionar y defenderse”, señala el oficial.
Especialistas en tierra operan los ART de la misma forma como se hace con un avión normal, sin embargo, la capacidad de volar hasta 30 horas seguidas brinda posibilidades de desarrollar tanto operativos de seguridad como la lucha directa contra organizaciones criminales en las ciudades y en otras zonas rurales.
El general Iván Hidalgo, al frente del Comando Aéreo de Combate número 2, explica cuales son las otras tareas a las que se dedican estas aeronaves.
“Todo el tema de delitos ambientales, acompañado al narcotráfico, la explotación de la fauna y la flora de manera indiscriminada, en todos estos territorios, esto nos va a ayudar a fortalecer todos los procesos de seguridad y de control territorial”, señala el general Hidalgo.
Además de combatir el narcotráfico y la minería ilegal los ART serán fundamentales en la persecución de las disidencias de las Farc, de los reductos existentes del ELN y de los grupos al servicio del narcotráfico como el Clan del Golfo.
“Todos los grupos armados organizados y todas las disidencias que han quedado, estructuras de crimen residual organizado de esas organizaciones guerrilleras que todavía están haciendo mucho daño en algunas regiones de nuestro país y que están afectando la percepción de seguridad de los ciudadanos y de la población, es un trabajo que continuaremos haciendo”, puntualiza el oficial.
Los nuevos guardianes de los cielos colombianos también se encargarán de suministrar a los expertos datos importantes sobre los comportamientos de los ríos o los nevados y de esa forma anticipar decisiones importantes para evitar afectaciones en materia ambiental.