Pasar al contenido principal
Logo Top

Carta del hijo de señor Capitán Raúl Octavio Castañeda Cárdenas (Q.E.P.D.)

Su Fuerza Aérea Colombiana consciente del deber de memoria, consagrado en el Artículo 143 de la Ley 1448 del 2011, y en el marco de la Semana del Detenido Desaparecido se suma a las actividades de conmemoración y rinde homenaje al señor Capitán Raúl Octavio Castañeda Cárdenas (Q.E.P.D.), piloto militar de la aeronave AC-47 Fantasma, quien fue desaparecido, torturado y asesinado por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en un paraje rural del municipio de Guaduas - Cundinamarca; mientras se trasladaba a cumplir con un acto del servicio de Bogotá a Puerto Salgar, el 14 de mayo de 1991.
Como aporte a la visibilización de los miembros de la Institución víctimas del conflicto armado se publica la carta del hijo del señor Capitán Raúl Octavio Castañeda Cárdenas (Q.E.P.D.).

Padre, antes de que emprendas tú viaje, te quiero contar una historia del futuro.

Una historia que, me atemoriza y me llena mis ojitos de lágrimas.

Una historia que no entiendo y no sé, por qué, me llena el pecho, de unas ganas incontrolables de llorar.

Una historia que, con solo pensar en sus momentos… en esos momentos que pareciera que ya los viví… me eriza la piel, me provoca nauseas, me da dolor de estómago, de cabeza, me hace sentir un vacío terrible por dentro.

¡Antes que te vayas, quiero que me escuches y que no viajes, que nunca te alejes!! ¡Que no te vayas!!, que hoy no me lleves al colegio, que hoy juguemos Nintendo, futbol, tenis y que vayamos a piscina, que lleguemos a la casa juntos y sudorosos abracemos a mi mamita, que hagamos todo lo que nos hace felices… ¡pero que no te vayas!!

La historia que me aterró en sueños, es la historia en la que provocaron tu ausencia… ¡imagínate papito!, te alejan de nosotros para siempre...

¡No te volvemos a ver jamás, no te volvemos a abrazar nunca más!…

Y durante mucho tiempo, así gritemos, así queramos que el mundo nos escuche, nadie lo hará…por eso papito quédate y escúchame, te lo suplico.

En el sueño, todo empezó, cuando yo ya era un hombre… un hombre que, se levantaba todos los días, pensando en tu ejemplo, pensando en ti, en tu vida y en lo mucho que me hubiese gustado que me conocieras… Conocerme como soy hoy, como fui en el pasado y como espero ser… Ser como tú… papá ejemplar, honesto, respetuoso y protector de su familia.

En el sueño no te veía por ninguna parte, no estuviste presente en gran parte de mi infancia… no estuviste presente, cuando, por un hecho inexplicable, como un sueño en otro sueño, tu voz en forma de una luz me dijo que mamita estaba embarazada y que iba a nacer mi hermanita, a la cual tu voz me indicó el nombre que desde antes de nacer ya lo tenía y en ella se materializó el deseo que ustedes tuvieron por procrearla, fue la luz en medio de las tinieblas más oscuras… no estuviste presente para consolar todas las noches de llanto imparable de mi mamita, no estuviste presente, cuando sin explicación alguna sentía pánico en la oscuridad de un recinto, no estuviste presente para contarte mi día a día en el colegio, presentarte a mi primera novia, recibir tu regaño y consejos, con mi primera borrachera con amigos, no estuviste en mi grado del colegio, tampoco cuando queriendo salvar el mundo desde la medicina, encontré mi verdadera vocación en el derecho, tampoco cuando, con ganas de hacer mucho hice muy poco, cuando por quererme comer el mundo me faltó tu presencia, consejo y tu corrección, ante mis comportamientos incorrectos…

Te cuento que, un día, en el mismo sueño, me contaron la historia de tu partida, la historia que le siguió al día que te fuiste y que no te pude contar mi sueño… y me contaron horrores, me contaron tu sufrimiento, tu agonía, cosas que no comprendo, que me hicieron muy triste, que nublaron el pensamiento y la vida misma, me contaron qué otras personas, lograron dañarte, torturaron tus sueños, mataron tu ilusión de volvernos a ver y desaparecieron la esperanza… ¡a ti papito! ¿lo puedes creer?, tú que eres mi superhéroe, tu qué, como un ángel del cielo, ¡por ser piloto!, ¡eres inmortal!…

Después de ello, seguí en la historia, sin verte, pero aunado a ello, con un sentimiento horrible de no poder respirar, en el sueño me levantaba angustiado, como con una presión el pecho, alterado, sin saber porque…

Pero como lo anterior… tampoco estabas…

No estuviste, en mi grado como abogado, tampoco, pese a que te busqué, aun cuando tu búsqueda me trajo muchos peligros, no te encontré… no te pude presentar a Emma, no me acompañaste en mi matrimonio, no te pude presentar a tu nieta Mariana.

Sin embargo, pese a que no te encontré jamás, mi mamita, tu gordita bella, se convirtió en mi protectora y guía, inculcó en mí, valores con los que, cada día, pretendo edificar mi hogar y principios que me permitieran, cotidianamente, vivir con respeto a los demás y el ejemplo de una vida construida en el amor, en el amor que eternamente te profesa, en el amor que siempre me ha dado.

Pero jamás te encontré…

¡Ahora si me entiendes papito, porque no quiero que te vayas!

(…)

Ahora, que ya soy el hombre del cual quería hablarte y pese a que, tal vez, me resigné a pensar que, tu viaje en ese mayo de 1991 era inevitable, que era tu destino…

Te quiero contar que, he podido construir desde mis errores y he podido crear desde tu ejemplo y tu recuerdo, mi vocación jurídica me ha llevado por mundos que jamás imaginé, realidades en las cuales, mis acciones ayudan a personas, que tal vez, también sintieron aflicciones como las que viví en ese sueño… me estrellé con mi vocación para educar, para ayudar a mis estudiantes a aprender, a imaginar y a crear.

Comparto con mi mamita y contigo, la fortuna de encontrar el amor… Emma, una maravillosa mujer que hoy es mi inspiración, mi compañera, mi confidente y amiga, tal como lo fueron mi mamá y tú, con quien emprendimos este viaje llamado hogar, del cual, desde el año de 2016, podemos ver nuestra felicidad crecer y mirarnos a los ojos, como me imagino yo te miraba a los tuyos, durante los pocos años en los que si te encontré… podemos vernos en ese brillo de su ilusión, en ese brillo de su inocencia y de su amor, Mariana hoy es el legado de nuestra vida, y es mi motivo para seguir tu ejemplo, como padre y como protector de mi hogar.

Tu ejemplo como militar incólume, me ha dado la fortaleza de vivir con tu eterna ausencia, esa capacidad que tuviste para proteger tu nación, tu patria, ha creado en mi un sentimiento de incesante responsabilidad, un deseo cotidiano para aportar con mi trabajo y con mi intelecto a mi nación, la defensa de los DDHH es una premisa que, me convoca diariamente a defender la justicia y el orden social, principios que todos los días le inculco a Mariana.

La gran injusticia que se propició en tu muerte y la inefable ausencia que nos ha marcado, tu dolorosa partida, contrasta hoy con la posibilidad de reivindicar tu nombre y tu historia, hoy, habiendo pasado más de tres décadas de impunidad y abandono total del Estado colombiano, te quiero decir que, tu historia, ese sueño aterrador que no te pude contar, fue reconocido y acreditado como lo que fue, un delito de lesa humanidad y crimen de guerra, que nos desapareció la ilusión de tenerte con nosotros, que nos torturó y nos tortura a diario al pensar el ¿Por qué pasó?, ¿Quién lo hizo?, ¿Quién se benefició con tu partida? Y que le quitó la vida a quien con su ejemplo inspiraba otras vidas; y que nos asesinó la esperanza de poder realizar nuestras vidas con tu consejo diario, con tu presencia, con tu cariño.

Hoy, como representante de los aproximadamente 7027 miembros de la Fuerza Aeroespacial Colombiana víctimas del conflicto armado, te quiero decir que, tu historia, tu vida, es el manto que los cobija y que, como familia, tenemos el compromiso irrestricto de visibilizar y dignificar, pase a los peligros constantes que, como defensores de derecho humanos, estamos expuestos en este país fratricida.

Solo me queda, agradecer tu vida y tu ejemplo.

Con todo mi amor, admiración y respeto,

Tu hijo

Raúl Alejandro Castañeda Florián

Autor
Sección Estratégica Análisis, Contexto y Posconflicto

Síganos en Google Noticias

Fuerza Aérea Colombiana

Nuestra misión es volar, entrenar y combatir para vencer y dominar el espacio y el ciberespacio, en defensa de la soberanía, la independencia, la integridad territorial, el orden constitucional y contribuir a los fines del estado.

¡Así se va a las estrellas!

Logo - Ir a MINCULTURA
Logo - Ir a Gobierno Digital GOV.CO