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Creaciones pequeñas para vuelos grandes

El aeromodelismo es un deporte derivado de la técnica de construcción y vuelo de aeroplanos de diferentes tamaños, denominados aeromodelos, los cuales han sido preparados para volar sin tripulación. En el Comando Aéreo de Combate No. 4 un Suboficial de la especialidad de Mantenimiento, inició un proyecto, creando a gran escala réplicas de aeronaves de la Fuerza Aérea Colombiana, inspirando a ocho Suboficiales en esta técnica.

El Técnico Primero Julián Oswaldo Bonilla Ordoñez, es un Suboficial oriundo del municipio de Pitalito, Huila, amante de armar y desarmar objetos, creativo, ingenioso y muy inquieto por aprender cada día un poco más sobre las estructuras, la mecánica, electrónica y diseños aerodinámicos de las aeronaves.

El amor a su profesión y hacia los modelos a gran escala lo inquietaba bastante, fue así, que revisando una Revista Aeronáutica, encontró un artículo sobre el aeromodelismo, motivándolo a averiguar sobre este tipo de deporte, en donde mezclaría un poco de todo lo que él ama: las aeronaves y la destreza para construir aeroplanos remotamente tripuladas.

“Por casualidades de la vida, tuve la suerte de cruzarme con el fantástico mundo de la aviación militar, iniciando mis primeros pasos en 2001 cuando ingresé a la Escuela de Suboficiales “CT. Andrés M. Díaz”, convirtiéndome después de tres años en Técnico en Mantenimiento Aeronáutico”, afirmó el Suboficial.

Para 2005 siendo Aerotécnico de la Fuerza Aérea Colombiana, por medio de una escuela de Estudios Creativos, comenzó a construir réplicas de aeronaves pequeñas, convirtiéndose en un apasionado por el aeromodelismo, poco tiempo después, quiso ir más allá, inspirándose en armar con gran similitud aeroplanos de la Institución.

“Mi primer modelo, el Scout, fue un poco dispendioso, iniciar de ceros y no saber cómo hacerlo, me hizo vacilar, pero mis conocimientos adquiridos en la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea Colombiana y revisando varios tutoriales de internet, puse en marcha mi primera creación”, manifestó Bonilla.

Durante seis meses, trabajó en su primer modelo institucional; con paciencia, conocimiento e ingenio, realizó el Hughes 500, una aeronave de transporte y tareas de apoyo, de la Fuerza Aérea Colombiana; armando las piezas de madera, fibras de vidrio, pintura y un toque de imaginación.

La pasión fue transmitida a su grupo de trabajo, ocho Suboficiales de su misma especialidad, quienes siguieron sus pasos con paciencia, instruyéndose en temas de aerodinámica, conceptos básicos de electrónica, aerografía, pintura, ebanistería (técnica de pulir madera), catch (utilización de elementos que pueden ser reutilizados) y diseño, con el fin de poder ser protagonistas desde una “cabina de mando” que en este caso es el control remoto, volando aeronaves construidas por ellos mismos.

“Cada uno de los Suboficiales le pone el corazón a construir réplicas de las aeronaves institucionales, las cuales son de alto costo estando entre $2´000.000 a $4´000.000; siendo las más económicas”, expresó el Técnico Primero Bonilla.

La dedicación y empeño para poder realizar estos modelos no es nada fácil, el tiempo es un factor indispensable para terminar el aeroplano con un vuelo efectivo.

Cada fin de semana van a la pista aérea en el municipio de Flandes, dedicando cuatro y hasta seis horas diarias, con el fin de comprobar la eficacia de los motores y controles construidos por ellos mismos para la maniobrabilidad de las aeronaves verificando las piezas de forma meticulosa antes de vuelo.

“Puedo pasar horas diseñando, armando y volando los modelos de aviones a escala, convirtiéndome en un piloto por varias horas por medio de un control remoto, alcanzando hasta los 100 metros de altura aproximadamente. Es sorprendente ver el resultado de meses en los que se hacen todo tipos de arreglos para que la réplica quede intacta a la hora de volarla.

Este hobby que poco a poco fue creciendo por parte de los Suboficiales de esta Unidad y que en estos tiempos se ha vuelto una actividad que se disfruta al aire libre piloteando aeronaves armadas por nosotros, con motores de explosión o motores eléctricos; considero este mundo fascinante e importante para el futuro de nuestra Institución”, concluyó el Técnico Primero.

El Suboficial junto con sus compañeros, han participado en diferentes campeonatos a nivel nacional e internacional como el “Funfly International San Gil 2011”, con sus modelos a escala, obteniendo el premio del “Mejor Helicóptero a Escala”, compitiendo a nivel internacional; llevando ya 20 años en esta práctica, aumentando el nivel de dificultad y pericia para la construcción, realizando hasta la fecha diez réplicas de aeronaves entre las que se encuentran modelos comerciales como: P-51 Mustang, Beaver C22 y réplicas de aeronaves institucionales: T-27, UH-1H, OH-58, Bell-206 y Hughes 500.

Actualmente, el Técnico Primero Bonilla y su grupo de Suboficiales vienen trabajando en una réplica de una aeronave de transporte, el Hércules C-130, dándole el toque especial en los terminados, mostrando con su creación e ingenio el poder aéreo con el que cuenta la Fuerza Aérea Colombiana por medio de estos modelos a gran escala.

Por: T2 Nathaly Martinez Bernal

Autor
Comunicaciones Estratégicas CACOM 4

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