El drama de los colombianos por arrasador paso de María en Puerto Rico
“Es como si le hubieran prendido fuego a la isla”, comenta Astrid Vélez, una de las colombianas repatriadas el jueves desde Puerto Rico. La Cancillería logró traer al país otros 163 colombianos que se encontraban allí en el momento que María, el huracán más fuerte en golpear la isla desde Katrina en el 2005, arrasó con todo y dejó millonarias pérdidas.
El vuelo partió a las 5 a. m. desde el aeropuerto militar de Catam. Sobre las 7:30 a. m. ya estaba aterrizando en el aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín en San Juan.
A esa hora decenas de colombianos ya esperaban, junto con sus familias, abordar el Boeing 727 de la Fuerza Aérea Colombiana.
La aeronave llevaba cuatro toneladas de ayuda para los puertorriqueños. Papel higiénico, pañales y principalmente comida y agua fue el apoyo que brindó el Gobierno colombiano. Después de descargar las provisiones, seis funcionarios de la Cancillería comenzaron a realizar el papeleo pertinente para repatriar a los 163 colombianos.
El proceso, en cabeza de la cónsul, Mónica Dimaté, tardó algo más de cuatro horas. En la espera, aún se sentía la intranquilidad de los que vivieron en carne propia el poder de María. “Esta angustia tan grande no se puede describir. Era como una aspiradora, arrancaba los árboles y hasta los postes de luz con el bloque de cemento y todo”, comenta José, que estaba visitando Puerto Rico con su esposa.
Colombianos que habían hecho su vida en la isla tuvieron que dejar todo atrás.
Empacaron en cuatro maletas lo único que les quedó tras el desastre. “Tuvimos que escondernos con mis hijos en el baño desde las diez de la noche hasta las dos de la tarde del otro día. Hicimos eso porque teníamos mucho miedo. Nos cubrimos con colchonetas porque el huracán ya había roto todas las ventanas”, explica Alberto, que llevaba 20 años viviendo allí.
El avión de la Fuerza Aérea aterrizó en Bogotá nuevamente a las 4:35 p. m. El rescate de los colombianos culminó con lágrimas y un canto del himno nacional dentro de la aeronave.
SANTIAGO VILLADIEGO
Enviado especial a Puerto Rico