El Hércules, de perseguir a las Farc a controlar incendios
Es de las aeronaves más imponentes de la Fuerza Aérea Colombiana, uno de los aviones más grandes que, durante una década, cargó a los protagonistas del conflicto armado: las bajas a “Alfonso Cano”, el “Mono Jojoy” y “Raúl Reyes”, además de armamentos y víveres para unas tropas que atacaron el corazón de las Farc.
Sin las Farc en el camino, su cuerpo interno sufrió una metamorfosis. Sus sillas a lado y lado, por donde desfilaron decenas de militares del país, se recogieron. Dieron paso al sistema modular aerotransportado contra incendios.
El Hércules C-130 hoy está convertido en una aeronave para apagar incendios desde el aire, informó el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas. Se concretó una idea que empezó desde hace más de cinco años, expresó Carlos Eduardo Márquez, director Nacional de Gestión del Riesgo.
Es de última generación, descarga 3.000 galones de agua, costó al Gobierno Nacional más de 5 millones de dólares. El sistema se adquirió a Estados Unidos, y su evacuación de agua es seis veces más potentes que la de los Bambi Bucket, los helicópteros que controlan los incendios.
Desde el aire, el Hércules se observa imponente, emitiendo un fuerte ruido que se mezcla con el riego de gran cantidad de agua que expulsa desde una válvula ubicada debajo del ala izquierda de este avión, que durante tres horas de vuelo podrá mitigar grandes conflagraciones en el país.
“El equipo profesional que dirigirá la aeronave fue altamente entrenado. Es una labor de alto riesgo, pero nuestros hombres están preparados”, precisó el general Carlos Eduardo Bueno, director de la Fuerza Aérea en Colombia, quien describió que la aeronave sobrevolará a una altura baja, muy cerca de los incendios buscando que el líquido se esparza con mayor precisión.
La estructura interna del Hércules podrá desmontarse en cinco horas y el avión podrá volver a su primera realidad, como ocurrirá durante marzo y abril, años de intensas lluvias en Colombia.