Fuerza Aérea Colombiana recibe donación de un caballero del aire

Más conocido como "Fidelito", el señor Mayor Fidel Antonio Cuéllar Barrera, oriundo de Bucaramanga con tradiciones militares que heredó de su padre, un soldado de Colombia que alcanzó el grado de Coronel del Ejército Nacional, fue Cadete Naval de 1948 a 1949, pero su amor por la aviación lo obligó a abandonar la Escuela Naval y fue en el año de 1953 cuando realizó su primer vuelo como piloto comercial.

Voló en Avianca por más de 30 años acumulando 16.000 horas de vuelo y en la década del 50 voló aviones de instrucción, culminando su carrera en 1978, cuando una afección coronaria lo obligó a dejar el comando de los aviones.

Siendo piloto comercial anhelaba pertenecer a los Oficiales de la Reserva de la Fuerza Aérea Colombiana, él admiraba a los pilotos militares a quienes catalogaba como guerreros del aire en defensa de la Patria; admiraba sus valores, profesionalismo y el fervor por Colombia.

Al culminar su carrera como piloto comercial, prevaleció su vocación por el poder aéreo y en 1983, se vinculó a la Fuerza Aérea como Oficial de la Reserva, dedicándose a la docencia, pues consideraba que la enseñanza plasmaba en el intelecto del oficial alumno los conocimientos y valores característicos del futuro profesional militar.

Durante 21 años los Oficiales de la Institución recibieron sus magistrales cátedras, hasta noviembre de 2008, cuando una lamentable enfermedad lo llevó a realizar el vuelo hacia la eternidad.

Ocho años después de su vuelo hacia la eternidad, de manos de su esposa doña Ligia Beatriz Boada, de cuya unión tuvo seis hijos, catorce nietos y tres biznietos, el señor Coronel Gerber Johan Alzate Gutiérrez, Director de la Escuela de Posgrados, EPFAC, como representación de la Fuerza Aérea Colombiana, recibió en donación cerca de 1.470 libros de su colección personal, en los que encontramos colecciones de revistas especializadas y material audiovisual.

Con esta importante donación, las damas y caballeros del aire de la Fuerza Aérea Colombiana agradecen este gesto tan representativo, digno ejemplo de un caballero del aire, quién durante toda su vida reafirmó su amor por la aviación, la institución y su patria.