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Fuerza Aérea Colombiana refuerza capacidades de ayuda humanitaria

El Centro Nacional para la Recuperación de Personal es decisivo para ayudar en desastres naturales, evacuación, traslado aeromédico y búsqueda y salvamento de civiles y militares.

Colombia tiene un sistema de atención de catástrofes con el cual aumentó las misiones de auxilio en sus comunidades, y prestó ayuda en siniestros recientes en Chile, Perú, México y Costa Rica. El sistema estructurado con varias entidades públicas, privadas, comunitarias y militares reunidas en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGDR), fue organizado en 2008 por el Ministerio de Seguridad Social para su aplicación a la población civil en el Centro Nacional para la Recuperación de Personal (CNRP), operado por la Fuerza Aérea Colombiana (FAC). Está localizado en el Comando Aéreo de Transporte Militar, en Bogotá.

Las misiones de evacuación y traslado aeromédico son las operaciones más frecuentes de la FAC. (Foto: Fuerza Aérea Colombiana)
“El nivel de coordinación alcanzado por Colombia en la atención de desastres salva cada vez más vidas”, comentó a Diálogo el Mayor de la FAC Ricardo Ovalle, coordinador de las operaciones conjuntas del CNRP y la UNGDR. “La FAC juega un papel decisivo en el proceso. Es un trabajo de 24 horas que no da tregua”.

Frentes de atención inmediata

El CNRP trabaja en tres frentes. El primero es la extinción de incendios de gran magnitud, deslizamientos de tierra e inundaciones, para lo que tiene a su cargo el transporte de personal o de carga. También ejerce la vigilancia aérea de zonas en riesgo para la población civil como son volcanes, regiones nevadas y ríos.

“Es más crítico un desbordamiento o una avalancha; un incendio tiene gran afectación sobre fauna y flora, pero da tiempo antes de afectar a la población. Una avalancha involucra mucha gente herida, sin vivienda, sin servicios, etc.”, dijo el May. Ovalle. “Requiere un apoyo más efectivo”.

El segundo frente es la búsqueda y salvamento de personal militar y civil, tras accidentes aéreos o fluviales. El tercer frente del centro, sin duda el de mayor demanda, es la evacuación y traslado aeromédico. Desde el 2004, cuando la Dirección de Operaciones Especiales Aéreas (actualmente CNRP) organizó los procedimientos dispersos en un eficiente protocolo de atención y rescate, la unidad ha transportado a más de 19 000 pacientes entre civiles y militares desde todo tipo de lugares, particularmente aquellos a donde solo tienen acceso las aeronaves militares.

Cada minuto cuenta

El CNRP no descansa nunca. Su mando está conformado por apenas 22 oficiales y suboficiales, que coordinan el engranaje de un numeroso ejército de especialistas de todas las dependencias de la FAC, quienes atienden todas las emergencias casi siempre con el tiempo en su contra.

“En nuestra misión de preservar la vida, cada minuto es importante”, expresó a Diálogo el Teniente Coronel de la FAC John Jairo Baez, jefe del CNRP. “En atención y desastres, un minuto cuenta para preservar la vida de los que están en riesgo; en búsqueda y salvamento, un minuto cuenta para encontrar a aquel accidentado o extraviado; y en evacuación aeromédica el tiempo cuenta mucho más”.

Entre sus misiones, el Centro Nacional para la Recuperación de Personal se ocupa de la reubicación de civiles afectados por siniestros. (Foto: Fuerza Aérea Colombiana)
Cada decisión parte de un flujo de información para realizar el procedimiento a la brevedad posible. La definición de los protocolos de respuesta y su estricto cumplimiento consolidan la evolución de su operación.

“Nuestra misión en la avalancha de Moca, en abril de 2017, demostró la evolución del sistema de atención de desastres y el crecimiento de la capacidad de la FAC, gracias a la integración de recursos y protocolos [de respuesta] desarrollados”, comentó el Tte. Cnel. Baez. “Estamos a la vanguardia en atención de desastres en la región”.

Los pilotos de la FAC realizan la organización operacional del CNRP. Entrenados para participar en situaciones de máxima presión, ellos tienen la responsabilidad de hacer el análisis de cada requerimiento para decidir con cuáles recursos atender cada caso. Tomar decisiones rápido pero con serenidad es el común denominador de los pilotos, quienes son conscientes de la implicación de sus determinaciones.

“Ir a donde alguna persona necesita ayuda es un compromiso de la FAC. Montamos una operación militar para traer desde un lugar apartado a señoras a punto de dar a luz; para trasladar adultos y niños enfermos”, relató a Diálogo el Teniente Coronel de la FAC José Luis Avendaño Hurtado, jefe de la División de Evacuación y Traslado Aeromédico del CNRP. “Son varios los factores a evaluar para lograr la efectividad del operativo; las condiciones climáticas, los lugares cercanos de atención y el tiempo determinado por el sistema de evaluación médica para dar la atención”.

El número de evacuaciones de soldados heridos en combate desde todo el territorio nacional durante el conflicto armado, requirió desarrollar capacidades para sortear obstáculos. Hasta el 2015, el mayor número de traslados fue de miembros de la fuerza pública. A partir del 2016 los rescates a civiles lideran la estadística.

“Seguimos una doctrina trazada por la Organización Marítima Internacional y la Organización de Aviación Civil Internacional, organismos rectores en los procesos de búsqueda y salvamento para determinar ubicaciones, condiciones en las cuales puede una persona vivir”, dijo a Diálogo el Teniente Coronel de la FAC Fernando Mendoza, jefe de la División de Búsqueda y Salvamento del CNRP. “Trabajamos con tecnología, pero cuando la tecnología falla, se va la energía y no hay indicadores, queda la experiencia de los pilotos entrenados en operaciones de guerra, acostumbrados a utilizar conocimientos de trigonometría y geometría básicos para hacer una triangulación y dar con el objetivo de la búsqueda”.

Para atender las misiones el CNRP cuenta con una flotilla de aeronaves conformada por tres aviones medicalizados Beechcraft 350 King Air, tres helicópteros UH-60 bautizados “Escuadrón de Ángeles”, dotados con un sistema de grúas para efectuar rescate de personal en áreas de difícil acceso aéreo. Las aeronaves también están adecuadas para cargar el sistema Bambi Bucket, necesario en la extinción de incendios. Complementan la flota tres aviones Cesna C-208 Caravan no presurizados. Cuando es requerido, puede habilitarse un avión Hércules C-130 para llevar el Sistema Aéreo Modular Contra Incendios (MAFF II en inglés).

“La experiencia adquirida en el conflicto nos entrenó para saber qué es necesario para sobrevivir en tierra, en agua, en condiciones de poca visibilidad o nocturnas; en condiciones de extremo riesgo”, agregó el Mayor de la FAC Pablo Mora Díaz, subdirector de Recursos Humanos y Técnico de la UNGDR. “Hacemos lo que haya que hacer; seguimos protocolos y somos creativos. Trabajamos por el bienestar de todos. Somos soldados que recuperamos gente”, finalizó.

Tomado de: https://dialogo-americas.com/es/articles/colombian-air-force-bolsters-h…

Autor
Dialogo Américas

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