Homenaje a un Caballero del Aire
Para rendir homenaje a un héroe de la patria quien ofrendó su vida al servicio de la Institución y por supuesto del País, en el Complejo Administrativo Nacional, CAN, se realizó una Ceremonia para la develación del cuadro en honor al Teniente William Edilberto Caviedes Castro, quien plegó sus alas por última vez para estar más cerca del Altísimo, como en vuelo tantas veces lo hizo.
William Edilberto nació en Bogotá el 3 de abril de 1985, fue el menor de tres hijos, fruto del matrimonio del señor Edilberto Caviedes y la señora Stella Castro; desde pequeño demostró su gran interés por la aviación, materializando el sueño el 9 de enero de 2003, fecha en la que ingresó al curso 79 de oficiales de la Escuela Militar de Aviación “Marco Fidel Suarez” de la Fuerza Aérea Colombiana; allí aprendió el valor del sacrificio y la entrega de la vida militar, obteniendo el grado de Subteniente el 1 de diciembre de 2006, estableciendo allí un fuerte lazo de amistad y hermandad con quienes se convertirían más que en compañeros, en sus hermanos.
Durante su paso por la secundaria en el Colegio San Bernardo de la Salle conoció a Sandra Patricia Borray; su esposa, con quien mantuvo un noviazgo durante sus años de formación en la escuela militar, brindando su compañía y apoyo incondicional en el proceso de formación para convertirse en Piloto Militar. Su relación avanzó y con el nacimiento de su hija María Fernanda, llegó la alegría de ser padres a la familia Caviedes Borray.
Fue un hombre digno de admirar, sus cualidades como Padre, esposo, hijo, hermano y compañero siempre lo destacaron, esa pasión por vivir cada día intensamente despertaban grandes interés por ser cada vez mejor y seguir sus sueños en su amada Fuerza Aérea, Institución que le permitió ser la persona que fue y cumplir con las metas trazadas profesionalmente.
Una vez obtenido el grado de oficial, prestó sus servicios en los Comandos Aéreos de Combate No. 2 en Apiay (Meta), el Comando Aéreo de Combate No. 1 en Puerto Salgar (Cundinamarca) y finalmente con el trasladado al Comando Aéreo de Transporte Militar (CATAM), acumuló la experiencia necesaria para volar aeronaves como el “Mentor” T-34, “Tucano” T-27, Cessna 206 “Caravan” y Súper King 350, cumpliendo con gran profesionalismo su labor.
Llegó entonces aquel 7 de septiembre de 2010, cuando desempeñándose como copiloto del Súper King 350 de matrícula FAC 5747 y en cumplimiento de una misión de inteligencia, a las 11:05 de la noche, la aeronave se precipitó a tierra en el Cerro Lejanías (Meta), pereciendo junto a sus cinco compañeros de tripulación y dejando a su hija, esposa, padres, hermanas y demás seres queridos, sumidos en un profundo dolor y tristeza, luego de haber entregado su vida al servicio de la Patria, trabajando sin descanso por la anhelada paz que deseamos día a día todos los colombianos.
A pesar del tiempo, no pasa un día en el que no recordemos su sonrisa, su madurez y visión para afrontar la vida y el eterno amor que profesaba por su familia y allegados, a quienes Dios nos brinda la fortaleza y sabiduría de llevar a diario el duelo de su incomprensible pérdida, esperando volvernos a encontrar en ese lugar especial, que nos tiene reservado, nuestro Creador.
“Paz en su tumba”