Mujeres y controladores aéreos: una profesión de altura
Los controladores aéreos o ATC, por sus siglas en inglés, es la profesión que se encarga de dirigir el tránsito de aeronaves en el espacio aéreo previendo y evitando colisiones entre las aeronaves ya sea en las áreas de maniobras y/o en vuelo. Esta es una labor complicada y que exige capacidades únicas en la persona: atención a los detalles, concentración, capacidad de trabajar bajo presión, saber identificar riesgos, entre otros.
Este trabajo se asocia, en la mayoría de las ocasiones, a los hombres, pero actualmente hay mujeres que realizan este complejo trabajo.
Tal es el caso del Grupo de Transporte del Comando Aéreo de Transporte Militar- CATAM, donde se cuenta con dos capacitadas mujeres que realizan la importante misión de controlar el tránsito aéreo en las diferentes misiones que realiza esta unidad diariamente.
Las Aerotécnicos Wendy Pinto de 22 años y Yanish Manosalva de 20 años, son dos jóvenes apasionadas por su trabajo y quienes ingresaron a la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea con la ilusión de convertirse en las mejores de su especialidad y dejar en alto la labor que realizan como damas del aire de esta institución.
Wendy Pinto Caviedes, nacida en Bogotá, pertenece al curso 90 de suboficiales. Se graduó siendo una de las 9 mujeres que pertenecían a la especialidad de Comunicaciones Aeronáuticas.
“Al iniciar el proceso de incorporación debía elegir dos especialidades con las que cuenta la escuela, en ese momento yo elegí como primera opción Comunicaciones Aeronáuticas, y segunda opción fue abastecimientos aeronáuticos…desde el principio me inclinaba más por las Comunicaciones Aeronáuticas, aunque en realidad no sabía mucho de que se trataba, pero luego tuve un mejor conocimiento de la especialidad y día a día le fui teniendo más conexión con lo que sería mi profesión.” Expresa la Aerotécnico Pinto
Las funciones de un controlador son garantizar que el tránsito aéreo sea seguro, eficaz y rápido, manteniendo el ordenado el movimiento del transitó y brindar información útil a las tripulaciones para que tengan un vuelo seguro y puedan regresar con sus familias al terminar su jornada laboral y teniendo la satisfacción al terminar un servicio sin ningún contratiempo.
Una sensación que conoce muy bien Yanish Manosalva Cortes, quien a sus 20 años ha puesto a prueba sus capacidades con responsabilidad para lograr con éxito su profesión.
Integrante del curso 91 de suboficiales, ingreso a la Escuela con un deseo: convertirse en Jefe de torre, ya que esto denota un grado más alto de responsabilidad y compromiso, no solo con la institución sino con el escuadrón de navegación aérea y las personas que estén bajo su mando.
Es con esa convicción con la que se levanta cada mañana para entregarle a su Fuerza Aérea y al país la seguridad en cada una de las misiones en vuelo.
“Me siento muy orgullosa y feliz con la labor que desempeño a diario, el control de tránsito aéreo es un trabajo que está clasificado como uno de los más estresantes, pero a pesar de eso exige habilidades que muchas veces uno cree que no es posible tener, pero al final del día la satisfacción que se siente al cumplir tan importante misión es inexplicable” dice Manosalva.
El ejemplo de estas dos mujeres nos demuestra que, sin importar la edad o el trabajo, muchas veces asociados al sexo masculino, pueden desarrollarse en diversos cargos sin envidiar o menospreciar las capacidades que tienen para lograr lo que se propongan.
Estas jóvenes solteras, profesionales y dedicadas comparten un mismo anhelo y una misma pasión: sueñan con pasar muchos años en esta institución, capacitándose y adquiriendo nuevos conocimientos que les ayude al momento de asesorar a las tripulaciones.
Ser un ejemplo de profesionalismo para las generaciones futuras, así como para esos hombres y mujeres que seguirán sus pasos.