No fue uno, sino dos los vuelos del Día de la Independencia
No fue uno, sino dos los vuelos del Día de la Independencia
Así se vivió, desde lo alto, la revista aérea del 20 de julio sobre Villavicencio y Bogotá.
Los nueve Tucano y Súper Tucano despegaron, sobrevolaron la cordillera Oriental a 15.000 pies de altura y llegaron a Bogotá, listos a esperar instrucciones para sobrevolar la ciudad. A la par, la flotilla de 10 aviones Kfir hizo lo propio, mientras desde las casas y edificios los niños y sus familias ondeaban la bandera nacional al paso de las aeronaves.
La jornada se inició temprano. A las 7 a. m. de este lunes, nueve pilotos, los mejores de combate, se reunieron en el centro de operaciones del Comando Aéreo de Combate n.° 2 de Apiay para revisar los procedimientos de vuelo planeados para la revista aérea en conmemoración de los 210 años de la independencia del país.
Los pilotos, oficiales de todos los rangos, fueron informados de que por la nubosidad, la revista tendría que desarrollarse en horas de la tarde, y no al final de la ceremonia de la mañana. Entre ellos estaba la capitán Yuli Mariel Ospina Pérez, de 30 años, instructora de vuelo del T-27, más conocido como Tucano, y que fue la única mujer de la base militar que participó en la revista.
Ser elegida para conformar el Escuadrón Pegaso, conmemorativo del día patrio, “es uno de los máximos honores que como militar y colombiana” ha tenido en la vida, le aseguró la oficial a EL TIEMPO.
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Al aplazarse la revista aérea sobre Bogotá, el escuadrón recibió la orden de rendir un homenaje a los habitantes de y lugares aledaños con un sobrevuelo a baja altura para que los ciudadanos disfrutaran la “sonrisa del tiburón”, insigne de los aviones Tucano y Súper Tucano.
La capitán Ospina revisó que cada sistema estuviera en condiciones adecuadas para el vuelo. De acuerdo con las instrucciones del líder, tomó la posición de carreteo en la pista para el despegue, proceso que puede durar 20 minutos por el número de aeronaves.
Uno a uno, despegaron los nueve aviones, que se ubicaron en la primera formación –Gran Diamante– que se escogió para la revista. Por interno, los pilotos se comunicaban para verificar que cumplían con la doctrina: ir a la misma velocidad, con las referencias visuales y la disciplina requerida para la formación. “Desde que se empieza la fase de instrucción de vuelo nos dan los protocolos y parámetros por seguir para mantener la alineación perfecta”, dijo la oficial.
El Escuadrón Pegaso sobrevoló tres veces Villavicencio en 40 minutos. Aterrizó a las 11:50 a. m. para preparar el vuelo que estaba previsto para las 3 p. m., pero que pudo comenzar antes, a las 2 p. m., cuando el cielo se despejó.
Tomado de: https://www.eltiempo.com/justicia/servicios/asi-fueron-los-vuelos-sobre…
