Operaciones especiales de la Fuerza Aérea Colombiana
La versatilidad de los helicópteros UH-60 de la Fuerza Aérea Colombiana, ha permitido que se destinen a varias misiones entre las que se encuentra la aplicación de la fuerza, la multiplicación de la fuerza, el apoyo a la fuerza y las operaciones no relacionadas con la guerra, estas últimas vitales para el trabajo que se realiza con las fuerzas de superficie en desarrollo de operaciones militares.
Es así como el Comando Aéreo de Combate No.5 con sede en Rionegro, Antioquia, ha desarrollado un equipo de trabajo, que se ha especializado en el rescate y recuperación de personal en condiciones complejas tanto de terreno, topografía como orden público; este grupo llamado C-SAR (grupo de búsqueda y rescate en combate por sus siglas en inglés) está compuesto por pararrescatistas de la especialidad de seguridad y defensa de bases aéreas que a bordo de aeronaves de ala rotatoria, se han capacitado para auxiliar y atender heridos por toda clase de cuadros clínicos, que requieren de la ayuda de su Fuerza Aérea en cualquier punto de la geografía nacional.
Su capacitación va desde la atención prehospitalaria que se le brinda al paciente en el momento del hecho hasta que lo puede atender un médico en un centro de salud adecuado, la estabilización del mismo durante el vuelo, que van de la mano incluso con las capacidades de la aeronave; hasta las técnicas de inserción como descender de la aeronave por soga rápida, en técnica de rapel o incluso por grúa de rescate cuando las condiciones geográficas no permiten aterrizar y se debe realizar la operación en vuelo estacionario; debiendo utilizar para la extracción de los heridos la misma grúa de rescate (operada por el TER o Técnico de Equipo de Resacate que hace parte de la tripulación de la aeronave) o bien utilizando la soga SPIE (Special Patrol Insertion/Extraction) que consiste en sostener al paciente y su rescatista suspendidos de la aeronave a través de una soga que pende del gancho de carga, utilizando principalmente la rapidez de la aeronave para extraer un paciente de una zona en donde se estén presentando combates sin arriesgar la vida de las tropas o de la tripulación.
Estos hombres tienen capacitación en cursos de combate irregular como contraguerrillas, lancero y paracaidismo junto con técnicas de supervivencia, evasión, resistencia y escape; necesarias para sobrevivir en ambientes hostiles en caso de que la aeronave deba salir del área de manera inesperada; para esto el C-SAR tiene la posibilidad de dirigir la aeronave hacia su punto para la posterior evacuación, por medio de su capacidad para señalar objetivos militares en tierra y establecer una comunicación efectiva con el piloto.
Por esto, el Comando de la Fuerza Aérea, decidió en abril de 2008 destinar un helicóptero MH60 para esta labor, bautizándolo como “Ángel 1”, que desde entonces ha trabajado por la vida de cada colombiano que requiere ayuda aún en sitios recónditos de la geografía nacional a donde sólo puede llegar una aeronave de este tipo, por la ausencia de un aeropuerto o pista disponible en sus cercanías.
