“Primero Dios, mi familia y mi Fuerza Aérea”: Coronel Salamanca
El Coronel Édgar Alexander Salamanca es un piloto militar perteneciente al curso 67 de Oficiales de su Fuerza Aérea Colombiana, quien en el transcurso de su carrera como militar desempeñó importantes cargos administrativos, como Segundo Comandante del Comando Aéreo de Combate No. 7, Agregado Militar en Perú y el más reciente, como Comandante del Grupo Aéreo del Casanare durante los últimos 10 meses, tiempo en el que el mundo está atravesando una de las crisis más difíciles en todos los aspectos a causa del COVID 19.
El ex comandante del GACAS reflejó su liderazgo y amor por la institución, hecho que le permitió permanecer siempre firme, trabajando fuertemente con su grupo de hombres y mujeres de la Casa de los Centauros del Aire, para enfrentar con fortaleza y resiliencia las oportunidades que contrajo este periodo de tiempo que pudo reflejar su experiencia como militar a todos sus subalternos.
¿Cuál ha sido la etapa más significativa de su carrera como militar?
La etapa más significativa de mi carrera como militar fue cuando mi hijo se incorporó a la Fuerza Aérea Colombiana. Yo estaba en el grado de Teniente Coronel y significó mucho porque fue ver a mi hijo crecer igual que yo.
Sabía lo que él estaba sintiendo, por lo que él estaba pasando, para mí como militar y padre, me sentí identificado con él, orgulloso, más comprometido y realizado, pues creo que hice bien la tarea y que mi hijo había escogido la mejor profesión del mundo.
¿Qué significa su familia para usted?
Significa todo para mí, son mi apoyo, mi respaldo, el sentido de mi vida. Primero Dios, mi familia y mi Fuerza Aérea. Todos hacemos parte de la institución, nos criamos y nos hicimos acá, le debemos todo. Estamos convencidos de que estamos haciendo algo especial por el país, e incluso mi esposa ha dejado todo por estar a mi lado… su carrera, para darme apoyo y un gran respaldo.
¿Cuál fue su mejor experiencia como Comandante del GACAS?
Poder reponernos de un inicio inesperado, darles esa fuerza a todos los hombres y mujeres para cambiar la mentalidad y liderarlos. Mi satisfacción más grande fue lograr que todos ‘haláramos para el mismo lado’, aportando desde cada área y cada posición, desde soldados, civiles hasta los comandantes estuvieran del lado de la misión.
Dentro de todas las dificultades que este año ha traído ¿Cuál fue la que le dejó más enseñanza?
Definitivamente sí ha sido un año especial, difícil, retador, pues de esto hemos sacado las mejores oportunidades. Trabajar con la limitación ocasionada por la pandemia, me puso un gran reto como Comandante, donde me obligó a sacar las iniciativas para poder continuar con la misión, creo que de igual forma para todos los comandantes que vivimos esto, que no estaba planeado y del cual no teníamos un manual de instrucciones para seguir.
La principal enseñanza es que de las cosas negativas se pueden obtener aspectos muy positivos, el hierro se forja con fuego y creo que como Comandante estamos saliendo fortalecidos de esta situación.
¿Qué siente por el GACAS y por la FAC?
Por el Grupo Aéreo del Casanare siento un cariño especial, en poco tiempo conocí una base que en su infraestructura es muy pequeña, pero cumple con todas las misiones de la Fuerza Aérea Colombiana, tiene todas las capacidades, siento un amor muy grande por esta tierra, por Casanare y me siento muy orgulloso de la misión que cumple el GACAS, ya que la considero estratégica.
Por la Fuerza Aérea tengo un sentimiento muy grande, es mi pasión, cada día que me pongo las botas siento que debo aportar más, cada día me siento más comprometido porque con el transcurso del tiempo la conozco, la entiendo y la quiero más. A mi Fuerza Aérea le debo todo, sin dudarlo, volvería a escoger esta vocación de ser piloto militar para aportarle a mi país.
¿Cómo fue para usted trabajar en Casanare y Arauca?
Trabajar en estos departamentos fue retador, especialmente en Arauca, porque allí confluyen muchos factores de inestabilidad, sin embargo, esta región del país es, para mí, de mucha importancia porque por aquí atraviesan las principales venas y arterias de nuestro país.
A Casanare le guardo especial cariño y respeto por su folclor, gastronomía, flora, fauna, por su historia, ya que los centauros pasaron por aquí para luchar por nuestra libertad. De igual forma, fue muy placentero trabajar con gremios empresariales que luchan por el desarrollo de su región y de Colombia, a pesar de que yo solo había estado en esta región como piloto, fue muy placentero hacerlo ahora como comandante.
Para finalizar, un consejo que le puede brindar a todos los militares que siguen sus pasos.
Dar consejos es complicado, pero sí quiero hacer una reflexión dirigida a los jóvenes que están iniciando su vida militar, porque ellos nos deben ver como el norte a seguir, lo que les quiero decir es que deben ponerle mucho valor y sentido a lo que hacen, busquen un propósito por el cual están trabajando, ya sea por estoicismo, amor a la institución o a nuestro país, lo demás viene por añadidura, los premios y reconocimientos vendrán si hacen bien su trabajo, pero cada día apasiónense más por lo que hacen ya que cada acción que realicen, impactará positivamente en el futuro de nuestro país.
Así el tiempo se les va a pasar como a mí, como un abrir y cerrar de ojos, ya al borde de mi carrera.