Suboficial de su Fuerza Aérea celebra el mes del padre con 3.000 horas de vuelo al servicio de la patria
El Técnico Subjefe Camacho, es el encargado de las actividades de mantenimiento aeronáutico y de vuelo en el Escuadrón Técnico del Grupo Aéreo del Amazonas (GAAMA). Se graduó de la Escuela de Suboficiales “CT Andrés M. Díaz” como Técnico en Abastecimiento Aeronáutico adscrito al selecto curso N° 69, al cual decidió pertenecer cuando despertó su amor por la aviación militar, por conocer sobre las aeronaves de combate que surcan los cielos colombianos y de querer portar el camuflado de la gloriosa Fuerza Aérea Colombiana (FAC).
Camacho en su amplia experiencia ha sido tripulante del poderoso Caravan C-208 y el magnífico C-130 Hércules de la FAC, ha trabajado en el Comando Aéreo de Transporte Militar CATAM, en el Comando Aéreo de Combate N° 3 y en su actual Unidad el Grupo Aéreo del Amazonas donde diariamente se levanta a trabajar motivado por el apoyo que le brinda su hermosa familia, la cual, se encuentra conformada por su señora esposa y sus dos bellas hijas, quienes lo han acompañado en cada peldaño alcanzado en su carrera como militar.
Para el Suboficial ser militar es “ser una persona íntegra, con valores, que tiene fiel compromiso con su quehacer diario dentro de la Institución como funcionario y veedor de la soberanía”, quien además habla con gran felicidad y orgullo de la loable misión que tiene en su vida como padre militar, pues para él “ser papá es sinónimo de protección, amor y apoyo, independientemente de la profesión que se tenga, hay que ser una figura paterna encargada de brindar cariño y a su vez de educar, por tal motivo, él no tiene bajo ningún régimen militar a sus hijas, pero si les exige, según Camacho es la mejor manera de guiar y preparar a los hijos para la vida en el futuro”.
Durante su trayectoria como integrante de la Fuerza Aérea lo más difícil para Camacho ha sido sacrificar momentos y fechas especiales en las cuales no ha podido compartir con su familia. Sin embargo, es reconfortante para él, saber que siempre va a estar ahí para ellos y que indudablemente velará por el bienestar de sus tres mujeres que también, cuidan de él, disfrutan de su compañía y presencia. Por eso, a los futuros papás Camacho les aconseja que cuiden a sus hijos, los amen, apoyen, y disfruten verlos crecer hasta lograr sus metas.
Cabe agregar que, frente a la situación actual presentada en el país por la pandemia del Coronavirus, el trabajo ha sido para Cesar y sus compañeros de vuelo de mayor compromiso, por el cuidado que deben tener los tripulantes consigo mismos y las personas que los rodean, como cuando se realizan evacuaciones aeromedicas por pacientes contagiados con el virus. No obstante, el valor de servicio de este hombre evidencia su honor y compromiso con la patria que una vez juró defender.
En su vida como militar recuerda que ha tenido muchas experiencias significativas, asegura que dentro de la Institución día a día se adquieren grandes momentos de vida y enseñanzas, recuerda con gran alegría que gracias a su trabajo logró viajar a Londres para conocer una empresa preparadora de motores de helicóptero Black Hawk, a pesar de ello, para él su momento más feliz en su historia como militar fue cuando recibió su carta de aceptación e ingreso a la FAC.
Es de resaltar entonces, que Camacho inició el mes del padre con la dicha de haber completado sus 3.000 horas de vuelo, lo cual, es “un logro, una meta cumplida para él, quien tiene la plena satisfacción de saber que le aportó al cumplimento de la misión de la FAC, pues independientemente del caso en los vuelos en los que estuvo, transportaron alegrías y en pocas ocasiones tristezas a cientos de personas”.
Es así que el Jefe, como es conocido en el GAAMA, “hoy agradece las 3.000 horas de vuelo a Dios quien le ha dado salud, vida y le ha permitido día a día levantarse para seguir adelante, a todos sus comandantes, compañeros y amigos del equipo de vuelo que lo apoyaron en todo momento, especialmente a su familia que ha estado con él siempre. Volar entrenar y combatir, a sus 27 años de servicio tiene clara su misión en la Fuerza y sabe que nunca debe rendirse ni como militar, ni como papá”.