#TBT El niño que cumplió el sueño de ser tripulante de helicóptero de la Fuerza Aérea

“Después de mucho tiempo tuve la oportunidad de estar de nuevo en ese batallón, a mi mente vinieron miles de recuerdos de mi infancia, qué nostalgia estar de nuevo aquí” manifestó el Técnico Tercero Duque, Suboficial de la Fuerza Aérea Colombiana quien hoy es especialista en Aviónica y tripulante del helicóptero UH-60 Black Hawk de la Institución.

Nuestro #TBT se remonta a una tarde de 1994 en el Batallón Ayacucho del Ejército Nacional ubicado en Manizales- Caldas, escenario en el que siendo un niño, el Suboficial acompañó a su padre a un desfile, orgulloso del disfraz de militar que le había obsequiado su mamá para lucir ese día. Ese momento se inmortalizó en muchas fotografías, una de ellas al lado de un helicóptero, aeronave que se convirtió en su pasión y que hoy le proporciona sus mejores triunfos profesionales.

“Mi papá era en ese momento Sargento Segundo del Ejército Nacional, recuerdo que mi mamá estaba embarazada de mi hermanito y no podía asistir al desfile; pero yo no podía estar despegado de mi padre, así que me puse mi disfraz y lo acompañé en el dispositivo de muestra de diferentes maquinarias con las que contaba el Ejército en el Batallón de Ingenieros No.8 Cisneros de Armenia, pero el mejor momento fue ver los helicópteros, desde ahí es mi aeronave favorita” dijo Duque.

Luego de 26 años el Suboficial tuvo la oportunidad de llegar de nuevo a este batallón, pero en esta ocasión como tripulante del Black Hawk, actualizar esa fotografía y darse cuenta que los sueños sí se hacen realidad, ya que pensaba que su idea de ingresar a la Fuerza Aérea Colombiana era algo inalcanzable, una decisión que tomó cuando estaba en el grado once de bachillerato en Villavicencio.

“Desde pequeño siempre he estado orgulloso de mi papá, me gustaba ver su uniforme, disfruté mucho mi infancia y adolescencia en cada una de las bases militares a las que lo trasladaban. Recuerdo que cada tres años cambiábamos de ciudad, era difícil dejar amigos y el colegio, pero al mismo tiempo fue muy enriquecedor tener nuevas compañías y además conocer muchos rincones del país, como el Departamento del Chocó, tengo mucho recuerdos bonitos allí.

Para nosotros era muy difícil cada vez que papá se iba de comisión por 3 o 4 meses, era la peor época del conflicto armado en Colombia. Un día antes de ausentarse, mi padre nos llevaba a comer pizza y saber que ese podría ser el momento en que lo pudiéramos ver por última vez, era algo bastante tensionante. Tenerlo en casa de nuevo era una alegría inmensa, mi padre siempre me ha acompañado y apoyado en todo, así como lo hizo esa tarde cuando íbamos juntos en el carro cerca de la Base Aérea de Apiay y vimos despegar una aeronave A-29 Supertucano y le dije que quería pertenecer a la Fuerza Aérea, tuve su apoyo para iniciar mi proceso de incorporación, que realicé dos veces, pero finalmente ‘aquí estoy’ haciendo lo que me gusta y siempre soné desde pequeño.

Pienso que no todos los hijos de militares deciden tomar el mismo camino o carrera, mi papá jamás me presionó para que siguiera sus pasos, pero creo que el orgullo que siempre he tenido hacia él y la admiración por el trabajo que hacía por Colombia, quedó grabado en mi mente y corazón desde pequeño, lo que hizo que escogiera la mejor labor que puede tener un colombiano, trabajar por la seguridad de la población de todo un país”. Manifestó el Técnico Tercero Duque.

“Así se va a las Estrellas”