Un héroe anónimo en medio de la pandemia
La situación desatada por la emergencia sanitaria luego de la aparición del Covid-19 en todo el mundo, nos ha demostrado una realidad: que lo material pasa a un segundo plano cuando la salud y seguridad de miles de personas está en juego; que es más importante un abrazo y un beso de los seres querido que cualquier cantidad de dinero; pero aún más importante, que descubrimos un poco de la grandeza de un mundo que aún no conocemos del todo.
Mientras el mundo aprende a adaptarse a la nueva forma de vida a la que nos ha empujado este virus, manteniendo el distanciamiento social, el uso de tapabocas y otras medidas que van encaminadas a salvaguardar la vida de las personas; normas que han generado que aumente el temor en el mundo, hemos olvidando que dentro de este panorama existen quienes sin importar las adversidades arriesgar todo para llevar un rayo de esperanza a quienes ya no la tienen.
Aquellas personas que pudiendo llevar su cuarentena de forma normal, decidieron hacer lo necesario para que el país siguiera a flote: personal del sector de la salud, el sector agropecuario y los mercados de productos básicos, los trabajadores de aseo público, fuerza pública, entre otros. Fueron algunos de los sectores que han estado prestos a atender el llamado de la comunidad durante este tiempo.
Tal es el caso del Teniente Coronel Johan Pino, quien se desempeña como comandante del Grupo de Apoyo y piloto del Casa C-295 del Comando Aéreo de Transporte Militar, CATAM, y quien ha cumplido con diversas operaciones humanitarias a lo largo y ancho del territorio nacional durante la emergencia sanitaria.
Ingreso a la Escuela Militar de Aviación “Marco Fidel Suarez” (EMAVI) en Cali, el 16 de enero de 1995 como integrante del curso 71 de Oficiales, luego de haber estudiado 4 semestres de ingeniería en la universidad, pero arriesgándose a cumplir una meta. Siendo un muchacho de 19 años con la ilusión de convertirse en piloto y surcar los cielos, el sueño de su vida.
“El proceso de adaptación fue difícil pero siempre intente destacarme y quedar dentro de los primeros puestos de mi curso… siempre buscando dar lo mejor de mí” dijo el Teniente Coronel.
“Dar lo mejor de sí”, esa ha sido la regla primordial en su vida, a sus 25 años de servicio al país ha enfrentado diversas dificultades y retos siempre con una sonrisa en el rostro y el positivismo que lo caracteriza. En su vasta experiencia ha cumplido importantes misiones contra enemigos de carne y hueso, pero nunca se imaginó enfrentarse a un enemigo invisible.
“Desde que inicie mi vida como cadete siempre tuve algo claro: quería servir, ayudar a mi país, a mis compatriotas y pienso que lo he logrado. Y ahora, con esta pandemia que azota todo el mundo, mi deseo de servir se ha fortalecido.” Dice el Teniente Coronel Pino.
Como piloto del Casa C-295, aeronave que por sus capacidades ha sido clave en el trasporte de las ayudas humanitarias a todo el territorio nacional, ha cumplido un trabajo esencial en medio de la pandemia. Su primera misión durante la emergencia fue la de transportar elementos de protección personal, como tapabocas, batas, gel antibacterial y alcohol, para ser entregados a los agentes encargados de recoger las muestras que permiten determinar casos con Covid-19 en las ciudades de Barranquilla, Cartagena y Santa Marta. Asimismo transportó muestras del virus con el fin de ser analizadas en la ciudad de Bogotá.
Otra de las misiones que ha realizado y que lo ha marcado como piloto fue el traslado de un paciente con neumonía desde Puerto Leguizamo (Putumayo), con quien se cumplieron todos los protocolos de protección, realizando el proceso de adecuación de la aeronave como si se tratara de un caso de Covid-19, dividiendo el avión en tres zonas: una para la tripulación, otra para el personal médico; y una última para el paciente quien se encontraba en una cámara de aislamiento con los equipos de monitoreo.
“Como piloto, y más en este tiempo, siempre me aseguro que mi tripulación cumpla con todos los requisitos básicos para cumplir este tipo de operaciones bajo las más altas condiciones de bioseguridad, puesto que soy consciente que somos esenciales para cumplir cualquier tipo de misión, razón por la que no podemos enfermarnos.” Dice en tono serio.
En el mes que se lleva de cuarentena el Teniente Coronel Pino ha transportado aproximadamente 15 toneladas de insumos médicos a departamentos como Vichada, Guainía, Guaviare y Nariño, también ha transportado más de 500 mercados a la capital del Choco y zonas aledañas, todo esto en apoyo a las poblaciones más vulnerables.
“Es una satisfacción muy grande saber que con mi trabajo contribuyo a todas esas familias, es gratificante ver en sus ojos un poco de esperanza. Soy esposo y padre y no me alcanzo a imaginar lo difícil que debe ser estar sin comida en un tiempo como este, es por eso que me levanto todas las mañanas para cumplir misión tras misión y llegar hasta zonas apartadas de Colombia.”
Siendo padre de dos pequeños, Mia y Mateo, su más importante logro y por quienes vive. Intenta en cada operación cumplir al máximo con las medidas de seguridad necesarias, pero igualmente es consciente de los riesgos que corre en cada una de ellas.
“Estoy siendo cuidadoso y aunque sé que cuento con el apoyo de mi amada esposa, veo en sus ojos incertidumbre siempre que llego a casa…Pero aún sabiendo del riesgo que asumo, nunca diría no a transportar esperanza, porque así como mi familia es mi motor, los colombianos son mi horizonte, no existiría el uno sin el otro. Toda mi carrera militar ha estado enfocada a darlo todo por mi país, por eso ahora seguiré arriesgándome para ver en el rostro de mis compatriotas ilusión por un mañana mejor, por un mañana sin temor a salir a las calles, cuando por fin las familias se puedan volver a reunir” dice con ferviente determinación.
Así como él, existen en Colombia decenas de héroes anónimos que sin levantar la voz dan lo mejor de sí mismos para que aquellos que han perdido la esperanza puedan encontrar un poco de paz en todas esas acciones desinteresadas de aquellos que confían en que saldremos de esto como el país echado pa´ delante que siempre nos hemos caracterizado.