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Una madre orgullosa de ser militar de su Fuerza Aérea

Sin duda alguna, ser madre es un regalo, hoy en día cientos de mujeres asumen nuevos retos y desafíos al mismo tiempo que desarrollan su rol de madres. Esta experiencia la vive día a día la Técnico Segundo Johana Castillo, una orgullosa mujer boyacense, de Duitama Boyacá, con muchos sueños por cumplir.

Pertenece al Curso Nº 81 de Suboficiales en la Especialidad de Seguridad y Defensa de Bases Aéreas de la Fuerza Aérea Colombiana, siendo una de las primeras mujeres distinguidas en pertenecer a esta especialidad.

Johana ha sido una mujer sin límites, cada día lucha por cumplir sus sueños, fue así como logró seguir especializándose en Curso Contra Guerrilla, Paracaidismo, recibió instrucción por parte de la IAAFA (Academia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos) en empacador de paracaídas militar, así mismo su más reciente especialización fue como Instructor Militar.

Hoy en día se desempeña como Técnico Administradora en Instrucción Militar en el Grupo Aéreo del Casanare, GACAS, en donde planea y ejecuta la capacitación del personal de la Unidad Militar.

Siempre ha tenido dos grandes pasiones, tener un hogar, ser madre y ser una mujer militar de altura, un proceso que ha significado un gran desafío, pero que gracias a su trabajo, constancia y el apoyo de su esposo, el Técnico Segundo Cristian García, han podido llevar a cabo.

El resultado de ello es tener en sus vidas a su pequeño hijo, Juan Esteban de 4 años de edad, como ella lo indica su mayor tesoro y regalo del cielo.

Su hijo es su mayor motivación para ser una madre y mujer militar ejemplar.

¿Cuáles fueron sus estudios antes de ingresar a la Fuerza Aérea?

En Yopal, tuve la oportunidad de hacer mi Técnico en Criminalística y técnicas judiciales.

¿Cómo fue su ingreso a la Fuerza Aérea?

Yo vivía en Bucaramanga, tenía 20 años y en ese momento estaba sin trabajo, fue un 25 de febrero, fecha que no voy a olvidar, cuando mi mamá me dijo que la Fuerza Aérea tenía abiertas inscripciones para el Curso de Suboficiales, en ese momento no dude en iniciar el proceso, fue un desafío porque debía viajar en cada momento a Bogotá para presentar las diferentes fases del proceso de incorporación. Fue un proceso que disfruté a pesar de todo, puesto que llevaba mucho tiempo intentando ingresar a otras instituciones y así empezar a cumplir mis sueños, pero Dios sabía cuál era mi lugar y ahora estoy aquí, orgullosa de pertenecer a mi Fuerza Aérea, realmente es mi sueño hecho realidad.

¿Cómo fue su experiencia en la escuela?

Fue muy bonita, sin duda al principio me dio muy duro, mientras me acoplaba al régimen interno, pasaron un par de ocasiones en donde llamé a mi mamá llorando, pero ella fue mi motor y fortaleza, quien me recordaba porqué estaba haciendo esto, que era cumplir mis sueños, que no debía rendirme sino ser fuerte y seguir adelante. Me adapté rápido, lo mejor de todo fue cuando juré bandera, porque después de eso ya podía iniciar mi curso de la especialidad, Seguridad y Defensa de Bases.

¿Qué significa para usted pertenecer al primer grupo de mujeres en la especialidad?

Bueno este grupo inicialmente lo integramos 6 mujeres, lastimosamente por una lesión una de mis compañeras no pudo continuar, así que continuamos 5 mujeres este desafío, es un orgullo recibir el reconocimiento de todo el mundo, al ver que esta especialidad solo había sido cursada por hombres, y que este grupo de mujeres eran las pioneras para darle paso a futuras generaciones, que llegaban a aportar a la especialidad y usar con orgullo la boina azul símbolo insignia de la especialidad, también fue un reto puesto que la exigencia era a la par que los hombres, una presión a nivel personal, porque sabía que tenía las capacidades para lograrlo.

¿Cuál fue la experiencia de mayor aprendizaje que vivió?

Aprender a valorar lo que tenía en casa, a ser resiliente y saber afrontar las cosas que se viven en la formación como militar, allí me di cuenta que si uno se exige la mente puede ser más fuerte que el físico, este ha sido mi antes y después en la vida militar, gracias a esto he alcanzado muchas cosas, porque sé que mi mente es más fuerte que las capacidades de mi cuerpo, querer es poder.

¿Qué significa para usted la Fuerza Aérea?

Un objetivo cumplido, algún día me puse la meta de ingresar, parecía algo lejano e imposible, pero he logrado grandes metas gracias a mi Fuerza Aérea, mi deseo es seguir aportando a la Institución y a la especialidad en la parte de Instrucción militar.

¿Quién conforma su hogar?

Mi esposo que también pertenece a la Institución y a la misma especialidad y nuestro mayor tesoro, nuestro hijo Juan Esteban.

¿Cómo define su rol de mamá?

Es un gran reto, siempre quise ser madre, mi hijo fue planeado y soñábamos tenerlo con nosotros.

Él fue prematuro pero mi niño ha demostrado ser muy fuerte, a pesar de nacer antes de tiempo, fue la oportunidad para acompañarnos más uno al otro, de ser más fuertes y apoyarnos brindándole todo nuestro amor y compañía a nuestro niño, en el momento que más lo necesitaba.

Ser madre canguro es algo hermoso, algo que pocas madres viven, fueron 15 días en el hospital algo dolorosos, porque nadie espera vivir esa; esta situación nos hizo mucho más fuertes, como padres, esposos y familia.

¿Cómo es el rol de mujer militar y madre?

El equilibrio es planeando, gracias a Dios la Fuerza Aérea me ha enseñado a tener esas listas de chequeo no solo en mi vida militar, sino que aprendí a aplicarlas en mi casa, como esposa y madre; lista de chequeo para todo, desde que me levanto y empiezo el día, así mismo le hemos inculcado al niño esos valores y la disciplina que se debe tener en la vida, la planeación con papel y lápiz para saber distribuir el tiempo para mi hijo, mi esposo y para seguir trabajando en el cumplimiento de la misión Institucional.

¿Qué dice su mama de este proceso?

Mi mamá, es algo hermoso, me da nostalgia recordar porque en mi casa solo somos mujeres, yo soy la mayor de 3 hermanas, mi mamá siempre me decía que cuándo le iba a dar un nieto, cuando tomé la decisión le conté a ella, pero en ese tiempo siempre las pruebas me salían negativas, mi madre fue mi apoyo para no perder la fe, ella decía que si era voluntad de Dios iba a pasar. Un día fui al médico por malestar general, el diagnóstico eran cálculos, pero en un segundo examen el malestar resultó ser esperar a nuestro regalo del cielo, Juanes.

Mi mamá y familia no lo podía creer cuando nos dijeron que sería un niño, todos no podíamos dejar de gritar y llorar agradecidos con Dios por este momento, el cual habíamos estado esperando desde hace tanto tiempo.

¿Cuál sería el mensaje para las mujeres que desean ingresar a la Fuerza Aérea y que ya asumen su rol como madres?

Si ese es su sueño, que vean a la Fuerza como un reto más, que sigan sus sueños, ya el mayor reto lo pasaron, que es ser madres, un acto valeroso, ser mamá nos implica tiempo, esfuerzo así que ser una mujer militar no les va a quedar grande, que no tengan miedo ser una mujer militar pues es algo muy bonito y traerá grandes alegrías a sus vidas.

¿Cuál es su mayor orgullo?

Mi mayor orgullo, es haber cumplido lo que hace 15 años atrás me propuse, tener una familia, tener mi carrera y hacer algo que me apasione con el apoyo de mi familia, mi esposo quien es mi soporte y mi hijo. Todo lo que soñé hoy ya está materializado y sé que aún vienen mejores cosas.

Autor
Comunicaciones estratégicas, GACAS

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