Primera mujer Técnico en Equipos de Rescate y Técnico de Vuelo de su Fuerza Aérea Colombiana
Con su mirada llena de luz, inteligente y visionaria, la Técnico Cuarto Diana Alexandra Andrade Rodríguez toca el cielo con las manos y desde el lado derecho de su aeronave sigilosa y vigilante, se convierte en la primera mujer Técnico de Vuelo y Técnico en Equipos de Rescate de su Fuerza Aérea Colombiana.
Su deseo de superarse cada día más, la llevó a posicionarse en un lugar que por años ha sido ocupado por hombres; una responsabilidad que hoy asume con todo el profesionalismo, valentía y entereza que a los hombres y mujeres del aire caracterizan.
Antes de ser parte de la Fuerza Aérea Colombiana, Diana ya era Técnico en Línea de Aviones, su pasión por estas aeronaves fue inspirada por su abuelo y su padre; por eso desde muy joven se propuso trabajar en este medio, lo cual hizo realidad siendo parte del equipo de trabajo del Comando Aéreo de Mantenimiento, CAMAN, ubicado en Madrid- Cundinamarca, donde laboró en el proyecto de modernización de las aeronaves C-130 Hércules y los aviones de entrenamiento básico T-27 Tucano.
Al verse rodeada todos los días por aviones, conocer las misiones que realizaban, despertó en ella la pasión y el amor con la que los militares trabajaban portando orgullosos sus uniformes, nació allí el sueño de Diana; al proyectar su vida y ser parte de una tripulación.
Así mismo empezó a volar su mente, generándose en ella nuevos propósitos y metas alcanzables por lo que decidió preparase y estudiar fuertemente hasta lograrlo, ingresando a la Escuela de Suboficiales "CT. Andrés María Díaz D” donde se preparó durante seis meses; allí por primera vez aprendió a portar el uniforme, a sentir el peso y cansancio de sus botas y a valorar significativamente el sacrificio de sus padres y familia por verla salir adelante.
El Comando Aéreo de Combate No. 1 fue su primera base, logrando convertirse en la primera mujer Técnico de Mantenimiento, posteriormente fue trasladada a la “Cuna de las Tripulaciones de Ala Rotatoria” (CACOM-4), donde se encuentra la mayor flota de helicópteros de la Fuerza Aérea Colombiana, FAC.
Inicialmente no solo hizo parte de las tripulaciones como Artillera de vuelo, sino que con el tiempo tuvo la oportunidad de ser la primera mujer en realizar el Curso de Operaciones Especiales obteniendo el título de Técnico en Equipos de Rescate, TER. Desde esta nueva posición, pudo interiorizar las capacidades helicoportadas y contribuyó de manera directa en el desarrollo de operaciones de búsqueda y salvamento, evacuaciones aeromédicas, extinción de incendios y transporte de carga externa.
Con el paso del tiempo sus metas avanzaron y se propuso ser la primera mujer Técnico de Vuelo de Helicópteros de la FAC, logrando escalar un peldaño más en su vida militar. Con sacrificio, consagración y empeño, esta Zipaquereña de 28 años, logró terminar su curso, cumpliendo un sueño más, el de volar como tripulante en los poderosos helicópteros medianos Huey II y Bell 212. Andrade afirma que al ser la única mujer en estos cursos, siente que los ojos están puestos sobre ella, por las responsabilidades que implica estas asignaciones, pero ella confía plenamente en sus capacidades y los conocimientos que ha adquirido en cada curso que realiza, además de la pasión que siente por hacer lo que le gusta.
Ahora no solo se siente orgullosa por ser la primera TER y Técnico de Vuelo de su Fuerza Aérea Colombiana, también se siente orgullosa de todo lo que ha logrado, de eliminar estigmas, demostrando con hechos que las mujeres son capaces de hacer lo mismo que los hombres.
Esta joven Suboficial, está orgullosa de quien es, de sus valores y principios, de ser una mujer a la que le gustan los retos, de tener el valor de enfrentarse ante cualquier obstáculo, de combatir sus miedos, de perseguir sus sueños; sueños que no se detienen, porque asegura que el siguiente paso será llevarla a formar parte de la tripulación del helicóptero presidencial.
Su disciplina la ha llevado a ocupar el lugar donde está, su carácter y seguridad le han dado la firmeza para tomar sus propias decisiones, sus capacidades y habilidades le permiten hoy, ser parte de las Tripulaciones de Ala Rotatoria, de tocar el cielo con las manos y con sus ojos, vigilante y sigilosa apoyar a los pilotos en cualquier tipo de misión.