María José soltó sus primeras palabras, cortas y suaves pero que reflejaron la felicidad que sentía, se despegó de su madre y camino de la mano con una oficial que también portaba un overol de vuelo, su primera aeronave fue un helicóptero Black Hawk, equipo que desbordó la confianza de la menor, que atenta escuchaba las explicaciones de la función de cada botón, pidió entonces, equiparse completamente, se puso el casco y se dirigió a los siguientes aviones. Una vez en el T-27 Tucano, su expresión de felicidad no se hizo esperar, aquellos dientes blancos inquietaron y llenaron de emoción a la pequeña. Posó su mano sobre el avión y subió a él, para conocer cómo era.