La crisis institucional que vivió la Corona Española a finales del Siglo XVIII, luego que Napoleón Bonaparte lograra la abdicación del rey Carlos IV en favor de Fernando VII y de éste ultimo en nombre de Jose Bonaparte, condujó a que el Imperio Español y sus colonias pasaran a manos de gobernantes franceses. Este hecho generó inconformismo en las élites españolas, que desconocieron al nuevo gobierno y crearon juntas provisionales de gobierno, que reclamaron como propia la legitimidad de gobernar del depuesto rey. Estas juntas se establecieron en distintas regiones de España, con el propósito de gobernar y administrar los territorios de la Corona Española e impedir que sucumbiera el imperio ante la invasión gala.