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Puentes que llegaron “como caídos del cielo”

Ver la estructura de un puente peatonal colgando de un helicóptero que apareció por medio del cañón del río Santo Domingo es una imagen que nunca se les borrará a los habitantes de la vereda Mirasol del municipio de El Carmen de Viboral, Oriente antioqueño.

Francisco Emilio Jiménez Alzate, docente de primaria de la sede de Mirasol de la institución educativa Campestre Nuevo, recuerda que los habitantes de esa zona esperaron esa estructura por décadas y por fin cuando llegó el día para su instalación “no la creían, era algo demasiado necesario para poder cruzar el río Santo Domingo y ponerle fin a el peligro que representaba pasarlo sin seguridad o tener que caminar por varias horas más para poder pasar de lado”.

Este docente, quien estuvo en la región entre los años 2007 y 2010 y tras enseñar en otros municipios volvió a la vereda Mirasol hace dos años, asegura que “la gente estaba esperando ese helicóptero desde las 7 de la mañana, y por cuestiones del clima solo llegó en la tarde, fueron horas que se volvieron eternas para todas las personas”.

De hecho, la ansiedad de las personas de dicha vereda no solo era por ver la aeronave de la Fuerza Aérea llegar con la estructura, era también poder avanzar en los años, llegar al presente en el que los ríos se cruzan caminando y gracias a puentes, no colgados de un cable con poleas y exponiendo sus vidas”.

Se trata de una estructura de 70 metros cuyos materiales fueron llevados en un Black Hawk de la Fuerza Aérea, pero su construcción se dio gracias a la gestión de la Fundación Puentes de la Esperanza, la alcaldía local y la voluntad de las comunidades beneficiadas. Son por lo menos 500 familias de las veredas La Guadua, Mirasol, Morros, La Represa, Santa Inés, El Brasil y Dosquebradas las que gozan y aprovechan todos los días ese puente.

“Era una deuda histórica que se está pagando con esas comunidades del cañón del río Santo Domingo. En esa zona no hubo presencia del Estado mucho tiempo por el conflicto armado, allí hubo presencia del Eln, Farc y paramilitares, la comunidad estaba atrapada y para pasar de una vereda a otra era casi imposible en temporadas de lluvias, eso significaba caminar varias horas más y por zonas en donde no había garantías de seguridad”, expresa Néstor Fernando Zuluaga, alcalde de El Carmen de Viboral.

Para llegar desde el casco urbano de El Carmen a las comunidades del cañón del río Santo Domingo se requiere de casi tres horas de chiva y otras dos y media en caballo, el mandatario local asegura que son áreas con “una inmensa riqueza hídrica, pero las quebradas y los ríos son muy caudalosos y eso generó que solo el río Santo Domingo cobrara hasta cinco vidas de campesinos que intentaron cruzarlo en los últimos años. Por eso el puente es una bendición para todos”.

Hablar de los peores años de la guerra en el Oriente lejano de Antioquia, es trasladarse a finales de los 90 y principios de 2000, cuando la zona tenía fuerte presencia del Eln y las Farc.

“En esa época y cuando había invierno, ir a otras veredas daba miedo, porque había zonas donde estaba esa gente, entonces daba temor, recuerdo mucho que cuando se crecían los ríos, tocaba caminar como una hora más para pasarlos en una parte más segura, eso obligaba a cruzar por un sector conocido como Mataperros, ahí se mantenía la guerrilla”, recuerda Arley de Jesús Arias Hernández, presidente de la junta de acción comunal de la vereda Mirasol.

Este campesino confiesa que no había sentido una emoción similar el ver aterrizar el helicóptero con los materiales para el puente peatonal, “acá la vida se alegró más con ese puente, ver ese aparato fue una gran sensación, además porque por acá solo se había visto un helicóptero hace como 10 años, en la guerra, cuando llegó a recoger unos milicianos que se habían entregado a las autoridades”.

Se llegará a los 100 puentes
Las estructuras peatonales que han llegado a esos puntos inhóspitos del Oriente de Antioquia (13 en ocho municipios) hacen parte de la intervención que realiza la fundación Puentes de la Esperanza, que se ha dedicado desde 2006 a construir ese tipo de puentes en las comunidades más necesitadas del país.

Desde su creación, esa fundación ha logrado construir 97 puentes y uno de sus objetivos es llegar a 100 antes de terminar el 2017.

María Consuelo Sandoval, directora administrativa y proyectos especiales de la fundación Puentes de la Esperanza, explica que en la mayoría de regiones a las que han llegado, el conflicto armado no ha sido un impedimento para poder beneficiar a las comunidades, reconoce que unos sitios han sido más difíciles que otros, pero que la idea es poder que las personas tengan accesos seguros.

“Sí hemos tenido que entrar a varias zonas donde había conflicto armado, pero gracias a que mostramos lo que realmente hacía la fundación, de dónde venían los recursos, quién nos patrocina, no fue tan complicado entrar a zonas de riesgo, también porque trabajamos de la mano con la Unidad de Gestión del Riesgo, haciendo puentes donde ocurrían emergencias”.

Precisamente la llegada a Antioquia de esta fundación se dio luego de la tragedia en Salgar el año pasado. “En Antioquia fue muy difícil entrar, hubo varios intentos fallidos, hasta que ocurrió la tragedia de Salgar. Allí hicimos cinco puentes, uno de ellos fue el de acceso al pueblo, que se logró construir en 72 horas. Después de esto, ya logramos entrar a otros municipios y seguimos con la intención de conectar muchas más comunidades en este departamento”, expresó María Consuelo.

Desde el inicio de los proyectos en Antioquia, la fundación Puentes de la Esperanza ha tenido un aliado especial: la Fuerza Aérea Colombiana, que por medio del Comando Aéreo de Combate N°5 (Cacom 5), ha recibido la ayuda para transportar los materiales que se requieren para la construcción de los puentes, como también el personal especializado para ese trabajo.

El coronel Fabio Alberto Sánchez, comandante del Cacom 5, afirma que desde la base ubicada en Rionegro, se ha colaborado para el transporte de esas estructuras a varias partes de Antioquia y el departamento de Cauca, “nuestras aeronaves UH-60 Black Hawk han volado unas 30 horas, movilizado cerca de 58.000 libras, y transportado más de 100 personas para toda esta labor de los puentes peatonales”.

El oficial recuerda que esta tarea de la Fuerza Pública no solo consiste en la movilización de los materiales, “también es una labor de logística, antes hay que movilizar tropa del Ejército para asegurar las zonas que se van a intervenir, luego vuelven a partir los helicópteros con las estructuras, que muchas veces son descargadas en filos de montañas y ya la gente se encarga de transportarlas hasta los ríos, es una labor muy bonita que ha beneficiado a miles de campesinos”, concluye el coronel.

Autor
http://www.elcolombiano.com

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