Amo ser mamá y amo volar, buscar el equilibrio es difícil, pero no imposible
Conozca la historia de la Capitán Ana Beatriz Cruz Godoy, militar, esposa y mamá.
En 1997 inició la incorporación de mujeres Oficiales en la Fuerza Aérea Colombiana y desde entonces van 25 cursos en los que se han incorporado en diferentes especialidades haciendo parte del ámbito de defensa y seguridad del país.
Todas ellas se han caracterizado por ser mujeres integrales, con habilidades y aptitudes que les han permitido dejar en alto el género femenino y romper las brechas con los hombres en la vida militar.
Inspiradas por familiares, amigos o el amor para la aviación muchas de ellas toman la decisión de ser militares y ser parte de la Fuerza Aérea Colombiana, así es la historia de Ana Beatriz Cruz Godoy, quien eligió ingresar a la Institución y ahora es militar, esposa y mamá, una mujer destacada que ha dejado en alto el apellido de su familia y las capacidades de las mujeres colombianas.
Raíces:
Bogotana de nacimiento, hermana mayor de tres hermanos varones, su padre retirado de la Fuerza Aérea Colombiana y su madre ama de casa, creció en un ambiente militar y de mucho amor: “me siento muy orgullosa de cómo crecí y lo que mi familia es hoy en día, con caminos y propósitos personales distintos, pero siempre juntos celebrando victorias y apoyándonos cuando caemos”.
Inspiración:
Por la formación militar de su padre, creció bajo estrictos estándares de disciplina, pero fue allí también donde nació la inspiración, motivación y gusto por la vida militar y querer hacer algo por el país, además de su amor por los helicópteros y la aviación, al tener la cercanía durante toda su niñez, viviendo en la casa de los halcones, en el Comando Aéreo de Combate No.5.
Formación:
En el 2008 ingresa a la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, perteneciendo al curso 84 de Oficiales, con ella se incorporan 21 mujeres de las cuales 13 culminan su formación en 2011; “Durante los 4 años me destaqué en deportes, fui del equipo de atletismo pista, en el cual tuve la oportunidad de representar al país en el suramericano de cadetes en Quito, Ecuador y logramos obtener el record suramericano de cadetes en la modalidad de relevos 4x100 en el año 2010”. En 2011 se gradúa como Subteniente de la Fuerza Aérea Colombiana y profesional en Administración Aeronáutica.
Vida profesional:
“Cuando me gradué sentía un vacío enorme al no poder ser piloto, porque finalmente era lo que yo quería para mi vida profesional, hice parte del Grupo de Inteligencia en Cali y ahí comencé a ver más de cerca lo que consistía ser navegante, así que decidí realizar el cambio de especialidad para poder tripular una aeronave. Fui al Comando Aéreo de Combate No.1 donde realicé el curso básico de navegante, los navegantes somos parte del cuerpo de vuelo, somos los encargados de la navegación segura de las diferentes aeronaves de la Fuerza Aérea, ya sea de transporte, combate, reconocimiento e inteligencia además estamos entrenados en equipos especiales de última generación como el Sistema Forward Looking Infrared (FILR). Adquirí mi primera autonomía en el poderoso AC-47T Fantasma y mi primer traslado fue a Apiay en el Meta, comencé entonces a querer más la especialidad, aprender muchas cosas que llenaban mi corazón de satisfacción y pronto recibí mi segunda autonomía en el SA-237 Schwaizer.
Tengo un segundo traslado al CACOM-1 en Palanquero, en esta Unidad volé muchísimo y aprendí bastante, además tuve la oportunidad de realizar una maestría en Seguridad Operacional. De esta unidad soy trasladada al Comando Aéreo de Combate No.5, volví donde conocí mi amor por la vida militar y finalmente por temas familiares regreso a Cali al Comando Aéreo de Combate No.7, retomando mi autonomía en el poderoso AC-47T Fantasma, feliz por estar volando este magnífico avión y estando con mi familia”.
Vida militar:
“Es la decisión de querer una vida diferente, donde hay muchos sacrificios, pero también satisfacciones, hay experiencias inolvidables y enriquecedoras, es una decisión dinámica, es decir de altibajos, muchas veces está el corazón hinchado de orgullo, otras veces hay vacío por la impotencia de la realidad de nuestro país, porque uno se aferra a un bien común, donde defender y garantizar la seguridad de Colombia es lo principal”.
Rol de mamá:
“Es un sueño cumplido, es lo más maravilloso que he podido vivir, no cambio por nada ser mamá. Es una bendición y un reto, es la felicidad y transformación, pero también vienen inseguridades porque no quieres fallarle a tu hija jamás y el día a día se convierte en qué más puedo darle, para que ella en un futuro sea mejor que yo”.
Equilibrio: mamá y militar
“No es fácil generar un balance en este medio tan cambiante, pero contar con mi familia, mi esposo y comandantes que me apoyan, comprenden y dan una mano a mi familia donde papá y mamá vuelan aeronaves operativas, es una fortuna.”
Deber cumplido:
¿Siente que ha cumplido con la misión de ser mamá y militar?
Claro que sí, amo ser mamá y amo volar, buscar el equilibrio en ocasiones es difícil, pero no imposible, a veces quisiera estar más tiempo con mi hija, pero también siento la necesidad de volar y por ahora Ana Cruz no sería la misma si dejara de volar.
¿Cuál sería el mensaje para las mujeres que desean ingresar a la Fuerza Aérea?
Hay que estar dispuestas a buscar un equilibrio, que confíen y crean en ellas mismas, porque no podemos dejar a un lado nuestros sueños por nuestros hijos, ellos son prestados y en algún momento tomarán su camino tal cual como nosotras lo hicimos, así que hay que tener muy claro qué queremos nosotras como madres, pero también como profesionales.
#Felizdíamamá