KYRIA: Una mujer valiente y comprometida con la misión institucional
Kyria es acepción de diosa-dama. En la mitología nórdica está estrechamente relacionada con las Valkirias, aquellas damas que en tiempos inmemorables escogían, acompañaban, ayudaban y protegían las almas que eran dignas de entrar al reino de Odín, considerado como el rey de los dioses.
Las Kyrias, se caracterizaban por el ahínco inscrito en su pasión a la hora de cumplir la misión encomendada por Odín, ¿cómo la cumplían?: desplegado sus mágicas alas revestidas de colores brillantes y sublimes, así como aquellas que se contemplan cuando los colibrís alzan vuelo.
En los cielos llaneros de la Patria vuela una Kyria; una dama con botas y en cuyo overol aparece este nombre adornando su pecho. Kyria es el callsign de la integrante de la escuadrilla del centenario; la única mujer que hizo parte de la misma, al mando de un T-27 Tucano, una formación sin precedentes que logró honrar a la Patria en el bicentenario de su independencia y a la Fuerza Aérea Colombiana en sus 100 años de historia.
Nació el 30 de junio de 1990, creció en compañía de sus padres y de sus dos hermanos. Es egresada del Colegio Técnico Industrial “Gustavo Jiménez” de su ciudad natal, allí sobresalió por su desempeño y ocupó los primeros puestos desde grado octavo; recuerda con especial afecto sus vacaciones en compañía de sus abuelos en Yopal.
La Fuerza Aérea Colombiana llega a su vida mientras cursaba décimo grado; fue en una feria universitaria en donde recibió la información de la Institución y desde entonces, el interés por la misma empezó a emerger. En su momento, lo único que sabía de la vida militar eran referencias de su padre, quien había prestado su servicio militar con el Ejército Nacional, así que empezó a leer e investigar sobre la Fuerza, despertando su interés por la especialidad de defensa aérea, sin saberlo desde ese instante, sus sueño empezarían a tomar formar, al permitir contemplar y proteger desde el aire, la majestuosidad de su hogar.
Ese llamado tomó más fuerza cuando ingresó a la Escuela Militar de Aviación "Marco Fidel Suárez" (EMAVI) en 2007; en los cuatro años de formación tuvo un desempeño sobresaliente, su disciplina, cualidad que desde pequeña la caracteriza, le permitió una fácil adaptación al contexto militar. Siendo cadete de segundo año fue acreedora a la medalla "José Edmundo Sandoval" por haber ocupado el primer puesto y en cuarto año fue Brigadier de Régimen Interno, un cargo que sólo alcanzan los mejores, quienes dando lo mejor de sí, entregan con pasión su tiempo para cumplir a cabalidad con cada una de las tareas encomendadas.
“Asumí los retos con entereza, en mi paso por la EMAVI ya había mujeres de escuela y muchas de ellas se destacaban en varios ámbitos (académico, militar, deportivo), entonces ellas fueron abriendo camino para las nuevas generaciones. Es marcada la diferencia numérica entre hombres y mujeres, pero siempre he pensado que las mujeres hemos logrado desempeñarnos de manera sobresaliente” refiere la señorita Oficial.
Finalizado su paso por la EMAVI, se graduó como Ingeniera Informática, recibiendo no sólo la titulación profesional sino la anhelada estrella, que representaba su grado como Subteniente y nueva Oficial de la Institución aérea. Su primera actividad como integrante de la Fuerza fue realizar su curso de vuelo primario con el equipo T34-Mentor y luego se trasladó al Comando Aéreo de Combate No. 2, unidad militar que alberga la Escuela de T-27 Tucano, una de las cunas de los pilotos de ala fija en la FAC; allí, Kyria realizó su curso de vuelo básico, recibiendo un exigente entrenamiento que permitiría conquistar las alturas; es así como una vez aprobado su curso siguió fortaleciendo sus alas en el Comando Aéreo de Trasporte Militar (CATAM) volando como copiloto en el equipo C-295.
Tras 9 meses como copiloto, recibió la noticia de que posterior a una junta de autonomías había sido seleccionada para ser piloto del equipo T-27 Tucano, lo cual le generó una gran alegría y a su vez, una alta expectativa por la responsabilidad que implicaba dicho reto. Posteriormente, llegó la anhelada autonomía de Piloto Instructor. Su vínculo con el Tucano ha sido inquebrantable; fue esta Escuela la que, desde su creación en 1992, ha formado a más de 200 pilotos de la Fuerza Aérea Colombiana y la que acogió en su seno a Kyria como instructora, autonomía que ha desempeñado por 6 años y que como dato particular, sólo 4 mujeres militares han sido responsables de participar en la formación de todos aquellos jóvenes que con cada vuelo se acercan más a la consolidación de sus carreras, “cada que un alumno termina satisfactoriamente su curso, siento una gran alegría, porque ayudé a cumplir su meta”, señala la Capitán al preguntarle qué es lo más satisfactorio de ser instructora.
Hablando del vuelo, cada vez que Kyria surca los cielos la invade una sensación indescriptible de agrado, disfruta y contempla desde el aire los paisajes que cubren el territorio nacional con la certeza de que el compromiso y la seguridad, le permitirán siempre tener el control de la aeronave, para llevarla a vuelo y regresar sin ningún contratiempo. Enfatiza que se esfuerza por hacer lo correcto siempre siguiendo los procedimientos y normas, como una guía fundamental en su formación constante como piloto.
La Oficial considera que ser comandante de aeronave y luego tener la oportunidad de enseñar, ha sido lo más complejo en su carrera, pues ha tenido que superar miedos y fortalecer capacidades. También concluye que si bien hay varios aspectos en los cuales se debe seguir trabajado, las mujeres han logrado obtener un sitial destacado dentro de la Institución, siendo un referente importante para la evolución de una Fuerza que salvaguarda el espacio aéreo nacional.