Ser Técnico Jefe de Comando es una fuente de inspiración
El Técnico Jefe de Comando Leonardo Fabián Pava Lizcano es Suboficial de su Fuerza Aérea Colombiana, hace parte del curso Nº 66, con 29 años de servicio a la Institución, recuerda que desde niño su padre tenía un plan de vida para él y era ser médico especialista en Oftalmología.
Recuerda con amabilidad que faltando seis meses para culminar su bachillerato llegó una visita a su colegio para incorporar Suboficiales a la Fuerza Aérea Colombiana y en ese momento sintió que los planes que tenía su padre cambiarían, la preocupación de ellos aumentó al saber el deseo que Pava tenía de servir a la patria en una época en donde el conflicto no cesaba.
Tiene presente los largos recorridos que hacía su padre Cecilio Pava para adecuar maquinarias que producían algodón, su papá es Ingeniero Industrial, perteneció a la Federación Nacional de Algodoneros y su madre Herminda Lizcano se dedicó a la crianza de sus cinco hijos.
En 1992 inició su carrera como militar en la escuela de Suboficiales "CT. Andrés María Díaz” de Madrid- Cundinamarca, de la especialidad de Seguridad y Defensa de Bases, se destacó por ser el primer puesto de su curso, tenía la convicción de trabajar con soldados y hacer parte de la formación de los mismos.
Después de culminar su formación académica y militar, sería trasladado a la Escuela Militar de Aviación- EMAVI en Cali, pero en el año 1996 la Institución Aérea tenía otros planes para él y recibe la noticia de hacer parte de los fundadores del Grupo Aéreo del Oriente llegando con un grupo Oficiales, Suboficiales y soldados al departamento del Vichada.
“Es impactante recordar el primer día que me bajé del Hércules C-130 y ver solo arena roja, sin árboles, las instalaciones eran de madera, no teníamos comunicación con nuestras familias, fue una experiencia muy dura” menciona el Suboficial con nostalgia y recalca el cambio que tuvo al salir de la Escuela Militar de Aviación y llegar a otras condiciones.
Luego de un año y medio en GAORI retorna a Cali, pues había dejado a su esposa Doris Martínez y a su hijo Juan Camilo con tan solo un mes de nacido; habiendo cumplido su ciclo después de diez años de servicio, es trasladado al Comando Aéreo de Combate Nº4 en Melgar- Tolima, desempeñándose en el área de operaciones terrestres.
“Estando de Suboficial de servicio, recuerdo que tenía que formar a los soldados porque había una inspección en esos días, llegando las siete de la noche se escucharon cuatro explosiones, empezó a llover y pensé que era el ensayo de alarma que estaba programado, cuando me di cuenta era un ataque real”, haciendo mención a una de tantas anécdotas que le dejó su paso por la EMAVI.
Fue postulado y elegido como instructor invitado en la Academia Interamericana de las Fuerzas Aéreas (IAAFA), teniendo la oportunidad de trasladarse con su familia por dos años a San Antonio Texas en Estados Unidos, además fue instructor de cuatros cursos de Seguridad y Defensa de Bases, Equipo Especial de Reacción y Antiterrorismo nivel I y II, en este tiempo su hijo pudo estudiar la carrera de piloto comercial, siendo gratificante para su familia este logro.
Durante su trayectoria ha tenido que enfrentarse a situaciones adversas con el personal de soldados y todo el equipo que siempre lo ha acompañado, refleja con orgullo la satisfacción de hacer bien su labor como militar, así mismo menciona que ha tenido personas valiosas que lo han guiado a lo largo de su carrera.
Luego de 24 años, el destino y la Institución lo traen nuevamente al Grupo Aéreo del Oriente como Asesor de Comando, con nuevas expectativas y retos, afronta esta experiencia y su único pensamiento va dirigido a su Fuerza Aérea, la cual le ha traído grandes logros, sumado a esto el apoyo de su familia ha sido fundamental y con una sonrisa dice que ha cumplido su objetivo como Suboficial.
Ahora, es el principal canal de comunicación de los demás Suboficiales con el comandante de la unidad, su labor es primordial, convirtiéndose así como un papá para ellos y para él es gratificante que todos los días a su oficina lleguen a acompañarlo y siente que eso demuestra que se están haciendo las cosas bien.
Sueña con salir por la puerta grande de la Institución y volver al Comando Aéreo de Combate Nº7, como Jefe de Comando y finalizar su carrera con una ceremonia de retiro, cambiar su uniforme de servicio activo y ser una fuente de inspiración para aquellos que quieran llegar a este grado.