Taller de hélices: una misión propulsora
Desde sus orígenes, el Comando Aéreo de Mantenimiento ha enfocado sus propósitos en el desarrollo y la innovación tecnológica direccionados hacia el incremento de sus capacidades en cuanto a la ejecución y desarrollo de tareas propias e inherentes a los procesos de mantenimiento en los diferentes ámbitos, sistemas y equipos pertenecientes al campo aeronáutico militar.
De acuerdo a un análisis cronológico se precisa que en el año 1975 se da inicio con la estructuración del taller hélices, tal vez con poca experiencia, pero con la plena disposición de contribuir significativamente en la reparación de estos componentes mayores que son ampliamente relevantes para que nuestras aeronaves desplieguen sus alas y se propulsen hacia la victoria ejerciendo el poder aéreo que nos ha representado desde siempre.
Poco a poco el taller de hélices se fue fortaleciendo en cuanto personal, infraestructura y herramientas, aumentando progresivamente sus habilidades teórico-prácticas en la realización detallada y especifica de las labores respecto a la temática particular sobre reparación de Hélices.
Al ser determinado como un componente mayor y teniendo en cuenta que una Hélice es definida como un conjunto de dos o mas palas acopladas a un barril central, cuya finalidad es producir empuje, y para que este efecto se produzca existe una consecución de varios componentes internos y externos que hacen posible la correcta funcionalidad de este dispositivo.
De esta manera, se tuvo que incursionar profundamente para llegar a conocer el funcionamiento y la reparación de este dispositivo, obedeciendo a la minucia doctrinaria y pragmática en cada uno de sus componentes, tal como lo es la inspección visual, área dimensional, el ensamble apropiado, las pruebas funcionales, balanceo estático y demás tareas pertinentes; aportando tanto seguridad como confiabilidad en el desarrollo de cada procedimiento realizado, por ende, contribuyendo a una adecuada operatividad de este mecanismo.
Es así, como en el pasar del tiempo los integrantes del taller se fueron profesionalizando y adquiriendo herramientas especiales con las cuales el desarrollo y la ejecución del mantenimiento propendieron directamente por intensificar procedimientos con altos estándares de calidad; siendo pioneros en reparación de hélices, no solo a nivel de la Fuerza Aérea sino también para aviación militar en general y de policía, esta exclusividad tuvo un costo, dado que se aprendía de las propias experiencias en aeronaves militares, siendo un camino complejo pero un tanto alentador y motivante al poder percibir la satisfacción de que ese arduo trabajo se veía reflejado en una Hélice operativa, lo que influyo de primera mano en la destreza, conocimiento y ganas de aprender cada día más sobre la ciencia propulsora que permitía el desplazamiento de gran parte de nuestras aeronaves a lo largo y ancho del territorio Colombiano como fuera de él.
Las capacidades iban aumentando y así mismo la exigencia por el alistamiento de estos componentes, lo que permitió obtener un elevado nivel de pericia por parte de los inspectores y operarios demostrando efectividad en toda la consecución del proceso; convirtiendo su ocupación cotidiana en un desafío acepto, con la ilusión de superar los obstáculos presentes y futuros de una manera tan determinante que no permitiese interrumpir esta noble labor en ninguno de sus aspectos.
Un nuevo reto aparece y con el una serie de actividades propias de la aviación civil, de esta forma se contempla la posibilidad de certificar al CAMAN ante la UAEAC ( Unidad Administrativa Especial de Aeronáutica Civil) como un TAR (taller aeronáutico de reparación) en las diferentes capacidades técnicas que se poseían en ese entonces; el taller Hélices fue tenido en cuenta para este fin y se comienza a trabajar en pro de ello, corresponde a los integrantes del taller recibir capacitaciones, presentar exámenes, acreditar licencia de AIT (inspector técnico autorizado), TEH (técnico especialista en Hélices) y cumplir con todos los atributos de calidad, siendo parte estratégica en la certificación, puesto que una Hélice se considera un componente clase I en la categorización aeronáutica, al interior del Taller se reparan Hélices pertenecientes a equipos militares pero algunas de ellas son también aplicables para aeronaves civiles y/o comerciales.
De acuerdo a los acontecimientos anteriormente mencionados es posible concluir que el taller Hélices del CAMAN se constituye como un pilar fundamental, determinante y estratégico para mantener un alto nivel de alistamiento en nuestras aeronaves, destacadas en las diferentes unidades que hacen parte de la Fuerza Aérea Colombiana , distribuidas en toda la extensión del territorio nacional, propulsando el cumplimiento de la misión institucional y ejecutando el poder aéreo en su más alto esplendor.