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Una ‘guaduense’ con espíritu de guerrera

Ser mujer en la especialidad de Seguridad y Defensa de Bases es un desafío, que en ascenso poco a poco han ido escalando sus integrantes, pero que sigue representando un reto para ellas; es por esto que García, una mujer que nació en Guaduas, Cundinamarca, al incorporarse a esta especialidad, jamás llegó a pensar que podría desarrollar tantas habilidades que rompieran las barreras de lo que ella en algún momento de su vida soñó. Con tan solo 16 años esta guaduense inicialmente soñaba con hacer parte de la Policía Nacional, en un área como anti-explosivos, pero culminando su año escolar en el Colegio Miguel Samper Agudelo, durante una feria estudiantil conoció al personal de incorporaciones de la Fuerza Aérea Colombiana, quienes le hablaron de las diferentes misiones que desarrolla la Institución, lo cual despertó su interés y motivación para escoger a la Fuerza.

Luego de tomar la decisión una persona cercana a ella se opuso, lo cual fue su el impulso más grande para demostrarle las capacidades que tenía, sumadas a las ganas de trabajar por su país. Por esto inició el proceso de incorporación, ingresando a la Escuela de Suboficiales Capitán Andrés M. Díaz, en el año 2017 al Curso Regular No. 91, una experiencia que le cambió totalmente la vida ya que tal como ella lo dice “entrar a la Escuela me abrió todas las puertas que quería”; esta experiencia le dio la oportunidad de pertenecer al equipo de orientación militar viajando a competencias en diferentes lugares del país e incluso al Suramericano de Orientación en Salinas- Ecuador, donde por primera vez estuvo fuera de Colombia y compitió contra integrantes de Fuerzas Militares de otros países.

Este era solo el inicio de una carrera que traería consigo una segunda experiencia, que para esta Suboficial marcó un hito en su vida gracias al apoyo de su Fuerza Aérea Colombiana y fue la de recibir el curso de Liderazgo terrestre con la IAAFA, Academia Interamericana de las Fuerzas Aéreas, en Texas, Estados Unidos, donde conoció personas de diferentes países del continente, que le enseñaron diferentes valores pero el más importante siempre fue el compañerismo entre ellos, exaltando la importancia que tiene el trabajo en equipo, que sumado a un entrenamiento con expertos en la materia de seguridad y defensa se han convertido en el mes y medio más relevante de su corta carrera, un pequeño lapso del tiempo que además de cambiarle la vida, despertó en su familia grandes sentimientos de orgullo.

Al recibir el grado de Aerotécnico, su madre con lágrimas en los ojos, no podía creer que su quinta hija siendo una de las menores había conquistado ese primer logro, recibiendo el primer grado de la suboficialidad con una sonrisa en su rostro y la satisfacción de haberle demostrado a todas las personas que se oponían a su incorporación que podría dar pasos agigantados en la Institución conquistando sus sueños.

Su primera Unidad de destinación fue el Comando Aéreo de Combate No. 1, donde todos los Aerotécnicos de primer año deben hacer parte del proceso de Instrucción Básica a los soldados, que les permita fortalecer su capacidad de mando de tropa, administración de personal e incluso orientación a resultados con la formación de los jóvenes que serán garantes de la seguridad en todas las Unidades de la Fuerza, lo cual parecía otro reto, ya que siempre fue una persona introvertida que no estaba habituada a hablar frente a grandes cantidades de personas, pero no fue inferior a su responsabilidad cumpliendo con su rol en la formación de estos jóvenes soldados.

Al culminar realizó el curso de Contraguerrilla logrando desarrollar todas las etapas con éxito y recordando que las pruebas de confianza eran definitivamente las más difíciles para ella, ya que conllevan una gran cantidad de experiencias sensoriales que no todo el personal del curso sobrelleva con facilidad, en especial recuerda la caída en rapel por la cuerda a ciegas, cuando le preguntó su instructor a quién dedicaría su salto a lo que ella respondió ‘a Dios, a mi mamá y a mi Fuerza’, con el corazón hinchado de orgullo por ser la única persona militar de su familia, por ende sentía que cada paso que diera era en nombre de sus cinco hermanos y la mujer que le había dado todo en la vida.

Al culminar este primer año llegó al Comando Aéreo de Combate No. 3 donde tuvo la oportunidad de realizar el curso de Tirador experto de plataforma y Tirador experto de superficie, con la sorpresa de que, al culminarlo, se enteró que era la primera mujer suboficial en hacerlo, lo cual la llenó de emoción porque una vez más su familia aérea, le había dado un logro que no se materializaba en un objeto, pero que para el corazón, el alma y su espíritu de seguir avanzando era algo más grande de lo que esperaba, por eso con el diploma en mano llamó a su ser más querido y le contó sobre este nuevo peldaño que juntas habían alcanzado.

Actualmente García, desempeña sus labores en Grupo de Seguridad y Defensa del CACOM-3, con el sueño de convertirse en paracaidista e incluso ser parte de los proyectos que su Jefatura tenga para seguir abriendo puertas a las mujeres suboficiales de su especialidad, con la convicción de conquistar las alturas, dejando huella con su trabajo en tierra.

Autor
Comunicaciones Estratégicas CACOM 3

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