Eran las seis de la mañana cuando esperábamos el helicóptero de la Fuerza Aérea para realizar un viaje al Alto Vichada, un lugar selvático llamado Güérima, del cual las únicas referencias que tenía es que era un sector cocalero, donde durante muchos años solo se pagaba con base de coca, no había presencia de las Fuerzas Militares (FFMM) y solo se encontraba el Frente 16 de las FARC quien ejercía una anarquía frente a sus habitantes. Un lugar inhóspito olvidado por todos.