Colombia despide con honores al Chapecoense y a los tripulantes del avión boliviano
Los miembros de la delegación del club brasileño Chapecoense y los tripulantes del avión de Lamia fallecidos en el accidente de hace cuatro días cerca del aeropuerto de Medellín emprendieron hoy el viaje final a sus países de origen después de una emotiva despedida militar.
Tres aviones Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) y otro de la boliviana partieron a lo largo de este viernes de la base aérea de Rionegro, anexa al aeropuerto José María Córdova de Medellín, con la mayoría de los féretros de los 71 fallecidos en el siniestro.
"Nuestros guerreros que están yendo aliviarán nuestro dolor ahora (con la llegada a Brasil). Gracias por todo, Chapecó llora, Chapecó está conformada con el cariño, el amor y la fraternidad del pueblo colombiano", manifestó el alcalde de esa ciudad brasileña de donde es originario el equipo, Luciano Buligon.
Los brasileños fallecidos son 19 jugadores del Chapecoense, 25 dirigentes, personal técnico e invitados del club y 20 periodistas que cubrirían el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana que el equipo iba a jugar el pasado miércoles en Medellín con el Atlético Nacional.
Como todo lo que ha rodeado esta tragedia, la despedida fue emotiva, con cadetes de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) haciendo una calle de honor en la pista por la que militares y policías con uniforme de gala cargaban los féretros hasta la puerta de los aviones donde eran recibidos por soldados encargados de acomodarlos.
"Quisimos cerrar estos días de intenso trabajo de muchas autoridades con un homenaje de la FAC a estos valientes jugadores en representación de toda Colombia. Es sencillamente el cariño de los colombianos por estos deportistas, por nuestros hermanos brasileños", dijo el comandante de la Fuerza Aérea Colombiana, general Carlos Bueno.
Banderas de Colombia, de Bolivia y de Brasil coronadas con crespones ondeaban en la pista mientras un sacerdote usando bonete impartía la bendición con agua bendita a la hilera de ataúdes y pronunciaba palabras de consuelo.
Primero, por la mañana, fueron repatriados los cinco bolivianos muertos en el accidente quienes recibieron el homenaje antes de que los cuatro féretros y una urna con cenizas fueran embarcados en un Hércules de la Fuerza Aérea del país del altiplano.
En ese viaje partieron los restos de los tripulantes Miguel Quiroga Murakami (piloto), Ovar Goytia (copiloto), Sisy Arias (piloto), Romel Vacaflores (asistente de vuelo) y Alex Quispe (vendedor).
En su viaje hasta Santa Cruz de la Sierra, de donde partió el vuelo de Lamia accidentado el pasado lunes, el Hércules boliviano hizo una escala en la ciudad de Cobija, en la región amazónica de Pando, para entregar a familiares los restos del piloto Quiroga.
Otros dos tripulantes, el paraguayo Gustavo Encina y el venezolano Ángel Lugo, fueron repatriados en aviones comerciales.
El avión de Lamia siniestrado llevaba 77 personas a bordo, de las cuales seis sobrevivieron al accidente ocurrido en el Cerro Gordo, cuando el aparato, un Avro RJ85, de fabricación británica se aproximaba a la pista del aeropuerto José María Córdova.
Entre los seis supervivientes hay otros dos tripulantes bolivianos, la azafata Ximena Suárez y el técnico de aviación Erwin Tumiri, quien hoy recibió el alta del hospital.
"Erwin fue dado de alta y ha salido en muy buenas condiciones (...) para nosotros fue un honor atenderlo", señaló en un comunicado la Clínica Somer de Rionegro, que agradeció la "confianza" de las autoridades bolivianas.
Por la tarde fue el turno de despedida de los brasileños fallecidos, cuyos féretros llegaron a la base aérea en un cortejo que atravesó buena parte de Medellín y que en algunos tramos fue saludado por personas que agitaban pañuelos blancos y banderas de Colombia en señal de despedida.
Cubiertos con una bandera blanca que llevaba en el centro el escudo verde del equipo al que soñaron hacer grande con el título de la Copa Sudamericana, los féretros de los futbolistas y demás miembros del equipo fueron subidos uno a uno a los aviones.
Los tres Hércules brasileños partieron con una diferencia de aproximadamente media hora entre uno y otro y en su viaje hasta Chapecó, en el sureño estado de Santa Catarina, harán una escala en la ciudad amazónica de Manaos.
Este sábado serán recibidos en el aeropuerto de Chapecó por sus familiares, amigos y el pueblo en general para un nuevo homenaje encabezado por el presidente brasileño, Michel Temer, y luego vendrán los funerales para que los suyos puedan vivir por fin el periodo de duelo de esta tragedia en que se convirtió el sueño de un título continental de fútbol.