Con agua de coco y leche materna sobreviven madre y su bebé cuatro días en la selva
La imagen de la aeronave totalmente destruida y la muerte del piloto Carlos Mario Ceballos parecían indicar que no había esperanzas de encontrar con vida a Murillo y su pequeño en la espesa selva del Chocó.
Sin embargo, la mujer demostró que el amor de una madre puede vencer cualquier dificultad.
A ella no le importaron las quemaduras: su prioridad era alimentar a su pequeño. Lo amamantó e improvisó una carpa con hojas para protegerlo. Y cuando sintió hambre y sed, tomó del agua de las matas y bebió de los cocos que había en el lugar, relató personal médico a medios de comunicación.
Además, se hirió las manos al tratar de buscar con qué darle de comer a su hijo.
Mientras eso ocurría y el accidente ya no ocupaba la atención de los medios, las fuerzas de rescate decidieron no darse por vencidas. Pero la labor no sería fácil. La espesura de la selva chocoana dificulta cualquier operación.
La Cruz Roja Colombiana empezó a realizar labores conjuntas con el grupo de Búsqueda y Rescate Aeronáutico de Colombia (Brac), desde el domingo, para encontrar a las tres personas que estaban a bordo de la aeronave. Ese mismo día encontraron sin vida el cuerpo del capitán Ceballos, lo que sin duda pintaba un panorama desesperanzador, informó la Brac.
Ellos no se rindieron. Con el apoyo de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), continuaron la operación.
Con el anhelo de encontrar a la mujer y al pequeño con vida, la FAC empezó a llamarla desde los helicópteros con altavoces, con el fin de indicarle que regresara al sitio del accidente, narró el coronel Héctor Carrascal, comandante de la Base Aérea Número 5 de Rionegro (Antioquia), a Blu Radio.
Esa acción produjo resultados. El sitio donde se encontraba ella fue identificado.
Inmediatamente, un helicóptero sobrevoló la zona y desde el vehículo descendió un héroe: el voluntario de la Cruz Roja Acisclo Rentería Palacios.
El hombre la encontró afectada, y ella intentó sostener con más fuerza al bebé, pero las fuerzas no le daban para hacerlo. Rentería Palacios la tranquilizó y tomó al pequeño en sus brazos para subir de nuevo al helicóptero, narró este rescatista a Blu Radio.
Posteriormente, la aeronave recogió a la mujer y los llevó a ella y al pequeño al Hospital de Quibdó (Chocó). Personal médico del centro asistencial explicó a los medios de comunicación que el bebé llegó un poco deshidratado, pero que gracias a lo que hizo su madre, que no ahorró esfuerzos para alimentarlo, el pequeño se encuentra bien.
Por último, cabe resaltar la labor de personas como Rentería Palacios en estos casos. Voluntarios como él no reciben dinero por lo que hacen. A pesar de eso, arriesgan sus vidas para auxiliar a quienes lo necesiten.