Duro golpe a la minería ilegal en el Huila
Un operativo conjunto de las autoridades en el departamento permitió en las últimas horas la captura de 21 personas, el decomiso de 10 volquetas, quienes estaban realizando labores de minería ilegal en el Río Neiva, zona rural del municipio de Rivera.
La operación fue realizada por tropas del Batallón Especial Energético y Vial No. 12 de la Novena Brigada, el Cuerpo Técnico de Investigación CTI, la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena, CAM, y el Comando Aéreo de Combate No. 4 de la Fuerza Aérea Colombiana, quienes atendieron unas denuncias de algunos campesinos de la zona.
Según las labores investigativas, diariamente un promedio de 50 volquetas ingresaban a los predios en jurisdicción de la vereda Albadán del municipio de Rivera y mediante el empleo de palas procedían a sustraer entre 4 y 5 metros cúbicos de material de playa de las riberas del Río Neiva.
Cada carga con un valor comercial promedio de 200 mil pesos, lo que representaría un aproximado de 10 millones diarios y un promedio de 600 millones durante el trimestre del 2016 si se multiplica por 20 días al mes.
Adicional a esto, al parecer el dueño del predio cobraba $10.000 pesos diarios por permitir el ingreso de las volquetas y la extracción del material.
Valores comerciales que en nada se comparan con la afectación ambiental que registran este tipo de actividades ilícitas, acciones que no cuentan con una valoración idónea y el permiso de la autoridad competente, impidiendo que se adelanten acciones que mitiguen el impacto negativo que ocasionan estas prácticas.
Entre las afectaciones se registra el continuo paso de las volquetas por el afluente hídrico, generando contaminación por residuos de aceite y grasa, lo que afecta el uso del líquido por las comunidades locales que se benefician del río para suplir algunas de sus necesidades primarias.
A lo anterior se suma la extracción inadecuada de material de playa con pala y maquinaria que pueden provocar cambios bruscos en la hidrodinámica del río, toda vez que debilita la capacidad de las rondas de protección necesarias para evitar que las crecientes provoquen inundaciones y desviaciones del cauce, así como modificaciones en el paisaje y afectación a la flora y fauna.
