Entrenamiento fisiológico de vuelo
Sabemos que el hombre como ser terrestre no está programado genéticamente para volar, por tanto, presenta claras limitaciones fisiológicas, cuyos aspectos pueden afectar las operaciones aéreas, en especial las relacionadas con la aviación militar si se tiene en cuenta que sus importantes connotaciones, la enfrentan a continuos desafíos no sólo por la misión propiamente dicha, sino por la constante ejecución de maniobras especiales, en donde el efecto de las aceleraciones, los cambios de ritmo circadiano, los vuelos nocturnos y el empleo de nueva y muy especializada tecnología como las ayudas de visión nocturna, retan la alerta situacional hasta de las tripulaciones más experimentadas.
Por ejemplo, los Visores Nocturnos han traído grandes ventajas a la operación militar, al ampliar la capacidad operacional y la habilidad táctica nocturna como factor sorpresa, para su uso requieren de una alta proficiencia y normas de operación estrictas basadas en las limitaciones fisiológicas,. Reportes de la literatura mundial muestran el incremento de la accidentalidad en la aviación militar en tiempo de conflicto, puesto que, además del aumento del estrés producido por el desarrollo de las operaciones, hay una presión extra en los recursos sensoriales y cognitivos de los pilotos, aumentándose aún más por el empleo de medios tecnológicos desarrollados para la obtención de ventajas militares, lo que determina que los inconvenientes que se presenten solo pueden ser superados con altos estándares de entrenamiento que mejoren la eficiencia y eficacia de las tripulaciones, estableciendo aquí la diferencia entre el éxito o el fracaso de la misión.
La encargada del estudio del comportamiento fisiológico del hombre cuando tiene que desempeñarse en el medio aeronáutico-espacial y de todos los aspectos psicofísicos que lo habilitan o incapacitan para volar es la Medicina Aeroespacial. Por lo tanto, el Centro de Medicina Aeroespacial de la Fuerza Aérea Colombiana, CEMAE, se encuentra desarrollando un ambicioso Programa de Entrenamiento Fisiológico de Vuelo, EFV, el cual consiste en entrenar al tripulante mediante equipos en tierra que simulan fielmente las condiciones de vuelo y le permiten experimentar los aspectos fisiológicos que lo pueden afectar, con el fin de que aprenda a reconocerlos en una operación real y entrene la forma de sortearlos para evitar sus consecuencias. Ejemplo de esta clase de entrenamiento es el realizado en la Cámara de Altura, donde el piloto puede sentir los efectos de la hipoxia, los disbarismos y la enfermedad por decomprensión.
Dentro de las ventajas del EFV están: el incremento de la alerta situacional al enseñarle al tripulante a reconocer los problemas fisiológicos del vuelo, el incremento de la efectividad operacional porque aprende a manejar estos problemas y desarrolla habilidades al permitir entrenar procedimientos, lo que favorece la Seguridad Aérea en ayuda a la prevención de accidentes de aviación por factor humano, la preservación y optimización de recursos porque se pueden entrenar en tierra aspectos importantes del vuelo a menor costo y riesgo que en horas de vuelo real.
El EFV, dirigido pro médicos especialistas en Medicina Aeroespacial, complementa el entrenamiento operacional dirigido por Pilotos Instructores en simuladores de vuelo o en vuelo real. Para una mejor efectividad debe realizarse en forma periódica, por lo cual se ha estandarizado un programa anual en el CEMAE para todas las tripulaciones de la Fuerza Pública, lo que contribuye a la unificación de criterios y la estandarización de procedimientos en el campo de la Medicina Aeroespacial.
Para el diseño de los equipos se contó con la asesoría de médicos y pilotos de la Fuerza Aérea Colombiana y para su manejo se capacitaron médicos y personal del área de la salud especializados en los campos de Medicina Aeroespacial, Fisiología de vuelo, Otorrinolaringología y Oftalmología, quienes estructuraron un programa con fundamento práctico. Estos equipos que cumplen criterios internacionales de entrenamiento, cubren los requerimientos y necesidades especificas nacionales, al sustentarse en experiencia operacionales reales del país, en las vivencias de las tripulaciones, el conocimiento del terreno, la meteorología, los equipos, el tipo de operación y misión especifica, lo que ha despertado el interés nacional e internacional.
El aumento en el número de operaciones, la mayoría nocturnas y con visores, sumado al estrés de la guerra, lleva en muchos casos a operar en condiciones limítrofes, lo cual nos obliga al incremento de la proficiencia de las tripulaciones, a quienes se les brinda entrenamiento altamente especializado en tres aspectos: físico, fisiológico y operacional. En los dos primeros tiene ingerencia fundamental el CEMAE, creado por la Fuerza Aérea Colombiana para constituirlo en un factor desequilibrante en la guerra, por el tipo de actividades que ejecuta en la misión encomendada y por el desempeño efectivo y seguro de las tripulaciones, sin lugar a dudas “El factor fisiológico constituye una ventaja para quien lo maneja con conocimiento y entrenamiento”.
