Seguridad y lealtad: la dupla perfecta entre Leif y su guía canino
En el corazón de CACOM 4, la conexión entre Leif, un pastor belga malinois de dos años y ocho meses, y su guía, la Aerotécnico Gineth Hasbley Salas, encarna la esencia del trabajo en equipo y la confianza mutua. Juntos forman una dupla que asegura la tranquilidad de la unidad, gracias a su impecable labor en la detección de narcóticos.
Leif proviene de la camada de reproducción de la Escuela Canina Militar de la Fuerza Aérea, ESCAM, ubicada en Madrid, Cundinamarca. Desde cachorro, fue sometido a estímulos controlados para adaptarlo a entornos de trabajo exigentes, un proceso que culminó en un curso especializado de tres meses en detección de sustancias. Su naturaleza curiosa, activa y sin temor, lo convirtió en el candidato ideal para desarrollar esta misión crucial.
Por su parte, la Aerotécnico Salas, nacida en Bogotá, también inició su camino en la ESCAM, donde encontró en la especialidad de guías caninos la combinación perfecta entre su pasión por los animales y el compromiso militar. Tras graduarse como suboficial en 2021, llegó a CACOM 4, donde actualmente se desempeña como una de las dos mujeres guías caninas de la base. Desde el principio, supo que su vocación era trabajar junto a estos fieles compañeros de cuatro patas.
Curiosamente, el vínculo entre Leif y la Aerotécnico comenzó durante su formación. En un ejercicio final del curso, Salas debía presentar un perro entrenado para obtener su certificación, y ese perro fue Leif. “Cuando llegué a Melgar y lo llamé por su nombre, él me reconoció de inmediato”, recuerda con cariño. A partir de ese momento, el vínculo entre ambos se fortaleció, marcando el inicio de una relación profesional basada en la confianza y el respeto.
El día a día de la dupla se compone de entrenamientos constantes para reforzar las habilidades de detección de Leif, simulando escenarios con maletas y equipos cargados de aromas específicos. El juego es fundamental para su motivación: al encontrar la sustancia correcta, Leif es recompensado con su pelota favorita, lo que convierte el trabajo en diversión. “Ellos trabajan a través del juego, y eso es lo que más me gusta: saber que disfrutan de lo que hacen y nos brindan seguridad a cambio”, expresa la Suboficial.
La paciencia es otro componente esencial del trabajo. “Los perros siempre quieren jugar, y eso nos obliga a tener mucha paciencia, pero también a respetarlos y quererlos”, señala Salas, destacando la importancia del bienestar animal en su labor. Además del entrenamiento, Leif recibe revisiones veterinarias periódicas, buena alimentación y tiempo en el patio de recreo para mantenerse saludable y feliz.
Ambos cumplen una misión fundamental en la unidad, realizando patrullajes y controles para evitar el ingreso de narcóticos. Con cada operativo, reafirman su rol esencial en la defensa de la base, trabajando en perfecta sincronía. Salas confía tanto en Leif que ya sueña con su retiro: “Después de 10 años de servicio, si la Fuerza lo da en adopción, Dios quiere, yo me lo llevo para mi casa”.
La historia de Leif y la Aerotécnico refleja la armonía necesaria entre el ser humano y el animal para garantizar la seguridad en un entorno militar. En CACOM 4, esta dupla demuestra que más allá del entrenamiento y las operaciones, lo que los hace efectivos es la conexión emocional que comparten, una que les permite enfrentar cada reto como un equipo inseparable.