“Sin alas se vuelven ángeles enviados por el señor con la intención de servir a su país con honor”
El título de este escrito hace referencia a una frase del poema compuesto por el hermano de Abigaíl Silva, una joven de 14 años que sueña con ser cantante de música llanera, quien le cantó a su Fuerza Aérea Colombiana en agradecimiento por la ayuda recibida de un mercado para ella y su familia.
Debido a la contingencia mundial ocasionada por el COVID-19 ‘Coronavirus’, la economía en el país se ha visto afectada, especialmente en las personas de escasos recursos.
Por tal motivo, el Grupo Aéreo del Casanare, GACAS, de su Fuerza Aérea Colombiana, en su alto compromiso con las comunidades, brindó apoyo con recursos propios aportados por el personal orgánico, por medio del plan padrino del Departamento de Acción Integral, en una campaña que se está realizando a nivel nacional para ayudar a la población más vulnerable de las regiones más apartadas del país, incluyendo familias de Soldados y de civiles de la Institución.
Era una jornada de entrega de mercados en la que se esperaba beneficiar la mayor cantidad de personas en Yopal; sin embargo, esta tuvo una especial, desde que me comuniqué por primera vez por teléfono con el padre de una familia, en su voz noté un tono de felicidad y agradecimiento un tanto diferente a las demás.
Militares del GACAS llegaron hasta la casa de la familia de Abigaíl, la cual está conformada por tres hermanos y sus padres, quienes sienten en su sangre el arraigo por la cultura llanera, género musical que la niña canta y se pudo evidenciar en la visita su pasión, ya que una pared de la entrada estaba llena de reconocimientos obtenidos por los menores.
A pesar de no contar con mucho dinero, Juan Silva, el padre de Abigaíl, la ha llevado a participar en múltiples concursos en la región, de los cuales ha sido ganadora en muchas ocasiones. Su hermano, es quien tiene el don de la inspiración, la ayuda componiendo las letras más emotivas y tocando el cuatro, instrumento típico de esta música tradicional.
El Grupo Aéreo del Casanare conoció a Abigaíl en diciembre, cuando visitó la Base con motivo de la celebración del fin de año del personal de Soldados y la presencia del señor Comandante de la Fuerza Aérea Colombiana, General Ramsés Rueda Rueda. Ese día, la menor demostró su talento ante el personal presente en la reunión.
Ahora, conociendo la situación actual, el Comando de la Unidad tuvo la iniciativa de visitar a Abigaíl para brindarle una ayuda, la cual es posible gracias a los aportes voluntarios del personal orgánico de la Unidad, a través del ‘Plan Corazón Amigo’.
Después de mostrarles los premios obtenidos, Juan invitó a los militares a sentarse y su hijo, compositor, empezó a contarles que había escrito un poema para ellos porque “yo me siento orgulloso y feliz de ver que hay personas que son capaces de incluso dar su vida por proteger a los demás, de allí empecé a escribir, diciendo principalmente que son ángeles sin alas que van por los cielos con la intención de cuidarnos a todos” afirmó el joven.
Encontrarse con esta forma de agradecimiento, donde se mezcla la cultura de la tierra en la que se encuentra situado el GACAS, con el sincero agradecimiento reflejado en la voz de una niña que transmite la emoción y admiración que siente su hermano por su Fuerza Aérea Colombiana, alimenta la motivación de los militares que diariamente “buscan una Colombia mejor” como lo menciona en su poema.
Por su parte, Juan Silva cuenta que la trayectoria artística de sus hijos no ha sido fácil, ya que han participado en más de 300 festivales, sin contar con recursos económicos, teniendo que hospedarse en polideportivos en muchas ocasiones, pero con el anhelo de que ellos sueñen con tener un mejor futuro. Finalmente dijo: “agradecemos a mi Fuerza Aérea Colombiana por darnos esta ayuda que para nosotros es inmensa, sigan cuidando esta ciudadanía, en verdad los admiramos y que Dios bendiga a mi Fuerza Aérea”.
Al final de la visita, Abigaíl deleitó a los presentes con el canto de la prosa dedicada, la cual en cada fragmento refleja el sentimiento de una familia que, como muchas en el país, sienten orgullo por sus Fuerzas Militares, quienes por tierra, aire y agua defienden la soberanía y velan por la seguridad de todos los colombianos como “ángeles sin alas”.