Oficial chileno, aportó a la formación de pilotos colombianos
Ser instructor, significa tener los conocimientos técnicos y pedagógicos necesarios, para enseñar, formar y capacitar, transfiriendo conocimientos de manera profesional. Pero ser un piloto instructor, representa la capacidad de preparar alumnos, para que tomen decisiones rápidas y acertadas, debido a que las situaciones que enfrentan, son en vuelo, a grandes velocidades y alejados del terreno; a esto se dedicó el Capitán de Bandada Aérea, Raúl Cerda, un oficial de la Fuerza Aérea Chilena, que aportó significativamente, a la formación de pilotos militares en Colombia.
El Capitán Cerda, estuvo 13 meses como instructor invitado, en la Escuela Internacional de Helicópteros para las Fuerzas Armadas, del Comando Aéreo de Combate No.4, ubicada en el municipio de Melgar, en donde intercambió doctrina útil, para la formación de los futuros pilotos de helicóptero y se caracterizó por su profesionalismo, entrega y dedicación, interviniendo en el proceso formativo de más de 84 pilotos y 15 copilotos del equipo HUEY II, además compartió sus conocimientos, en técnicas de aterrizaje y operación en montañas.
En la parte académica, implementó nuevas metodologías de enseñanza, al dictar clases sobre: tácticas, técnicas, procedimientos, límites, sistemas y emergencias del helicóptero, entre otros; logrando captar de una forma diferente, la atención de los alumnos, que aprendían mientras disfrutaban cada hora de clase. Por otra parte, estuvo inmerso en las fases de vuelo denominadas: contacto, básico y simulador.
Para este piloto instructor, es indispensable que quienes se dedican a dicha labor, desarrollen confianza en sus alumnos, sobre las habilidades de cada uno, algo que se logra, con entrenamiento constante y amplio conocimiento de la aeronave; teniendo en cuenta que el ideal, es formar aviadores prudentes, seguros y eficientes, capaces de demostrar sus habilidades en vuelo.
Finalmente resulta necesario mencionar, que aunque para muchos, esta labor parece difícil, para él, basta con tener constancia, gusto por lo que se hace y ser disciplinado académicamente; algo que se verá reflejado satisfactoriamente, al finalizar cada proceso de instrucción, justo cuando los adiestrados pilotos, expresan frases tales como: “Gracias por enseñarme a volar”, que en resumen es lo que más llena de orgullo a un piloto instructor.
La Fuerza Aérea Colombiana, continuará fomentando alianzas con Fuerzas Armadas y de Policía, dentro y fuera de las fronteras nacionales, siendo puente de cooperación y de unión, con los países aliados en busca de generar doctrina que permita contrarrestar los fenómenos que atentan contra la seguridad hemisférica.
