“Por vocación y convicción elegí ser Guía Canino”
Su Fuerza Aérea Colombiana cuenta en sus filas con un importante número de caninos que aportan a la seguridad tanto de las personas como de la integridad física de las Unidades militares.
Para el manejo y adiestramiento de los ejemplares, se cuenta con la subespecialidad de Guía Canino, para seguirla, se toma en cuenta la voluntad de quienes se gradúan como Aerotécnicos en la Escuela de Suboficiales – ESUFA.
Para la elección del personal que hará parte honorable de esta subespecialidad, lo más importante es la vocación, ya que deben tener la facilidad para interactuar con los caninos y hacer honor al lema: "Constancia, Paciencia y Perseverancia"; constancia, ya que el trabajo es de todos los días, paciencia para hacer que el perro capte lo que se le quiere enseñar y perseverancia para nunca desfallecer en la labor de formar a los a estos héroes de cuatro patas que aportan a la seguridad de quienes integran su Fuerza Aérea.
“Una vez con el grado de aerotécnicos nos podemos postular y tener la oportunidad de desplazarnos a la Escuela de Instrucción Canino Militar, para recibir la formación y entrenamiento necesarios, con experimentados instructores que nos brindan toda la información relacionada con la crianza y necesidades de bienestar de acuerdo con los ejemplares”, cuenta el Técnico Tercero Castro Burgos Oscar Andrés, quien se desempeña como Guía Canino en el Comando Aéreo de Combate No. 5 –CACOM 5.
“Llevo más de tres años como guía canino, entrenando nuestros ejemplares, la labor es 24 horas, así como otras especialidades, debemos estar prestos a cualquier tipo de requerimientos y suplir las necesidades del servicio.
Los soldados que tenemos a cargo, se preparan como Técnicos Profesionales en el Manejo del Recurso Canino, cuentan con el acompañamiento de los guías caninos, para resolver de manera inmediata cualquier duda, además de la interacción constante con los perros que están al servicio de la Unidad. Ellos son los encargados de la alimentación y bienestar de los perros, los guías nos encargamos de la verificación, control y seguimiento a cualquier novedad”.
Con el fin de garantizar el entrenamiento continuo, los caninos cuentan con un programa de reentrenamiento mensual, donde son expuestos a eventos que pueden presentarse, como detección de material explosivo y/o narcóticos en vehículos, material y carga y así potencializar la reacción del canino en este tipo de situaciones.
Así mismo, llevan un registro u hoja de vida, que se abre al momento del nacimiento, allí se consigna su árbol genealógico y el registro tanto de las vacunas y procedimientos médicos como del entrenamiento y capacitación, verificando la evolución durante todo el ciclo de trabajo o servicio.
El aprendizaje de los caninos se asocia con el juego, con una pelota que se convierte en un premio al hacer bien su trabajo y aportar con la seguridad. De una manera lúdica los ejemplares aplican los conocimientos adquiridos a diario, cuando prestan sus servicios que duran tres horas y son distribuidos de manera equitativa evitando así el agotamiento y fatiga.
Uno de los procedimientos que aplican los caninos es la detección a distancia, evitando la exposición del personal a artefactos explosivos, con esto se garantiza que el canino va a hacer la detección a una distancia segura, emitiendo una respuesta pasiva y evitando lesiones al ejemplar, además de frustrar la activación de cualquier carga explosiva. Al el momento del procedimiento positivo, el perro permanece en la posición de sentado, garantizando la seguridad al momento de la verificación.
El CACOM-5 cuenta con cuatro Guías Caninos, quienes están 24 horas, los 7 días de la semana, cumpliendo con los requerimientos de detección de sustancias, búsqueda y rescate y defensa y protección de personas.
El vínculo que se crea entre el canino y el guía es extraordinario, aunque a todos los ejemplares se les brindan las mismas atenciones y afectos, con algunos, el vínculo es más fuerte, es el caso del Técnico Tercero Castro Burgos con Ojany, una Pastor Belga Malinois que nació en la ESCAM, ubicada en Madrid Cundinamarca, la cual tuvo la oportunidad de entrenar desde los primeros meses de vida y que encontró de nuevo en esta Unidad Aérea desde hace seis meses, cuando fue trasladado de acuerdo con las necesidades del servicio.
Ojany y el Técnico Tercero Castro, son una muestra de otra de las capacidades con la que cuenta la Institución para mantener la seguridad e integridad de quienes hacen parte de la “Casa de los Halcones Valientes”.