Hay momentos de la vida que nos enseñan el verdadero significado de ser agradecidos; de agradecer por nuestro trabajo y por la vida que tenemos, pequeñas cosas a las que nunca prestamos demasiada atención porque asumimos que siempre estarán ahí, pero que en la realidad de otras personas son milagros que nacen de almas con buen corazón, que movidos por la necesidad hacen obras sin esperar nada a cambio.