La historia de los perros paracaidistas se remonta a 1944 y va de la mano del famoso desembarco de Normandía. Los primeros perros paracaidistas se vieron por primera vez en el 13º Parachute Regiment and Airborne Forces (Regimiento de Paracaidistas y Fuerzas Aerotransportadas), al que estaban asignados tres perros: Bing, Monty y Ranee. El único que logró cumplir su objetivo fue Bing, quien consiguió detectar minas e incluso salvó a compañeros de una emboscada en un segundo salto durante la Operación Varsity en marzo de 1945. Este heroico can fue galardonado con la Medalla Dickin.