La travesía inició en Arauca, donde tras nueve días de haber nacido, dos bebés de nutria gigante, un macho y una hembra, quedaron huérfanos, debido a que su madre fue asesinada por cazadores; sin embargo, la Policía Nacional logró incautar los animales y ponerlos a cargo de Corporinoquia, entidad ambiental correspondiente, quienes se encargaron de los cuidados de las crías y trasladarlas a un hogar de paso para animales en Yopal, Casanare.